Se dice en el veredicto
que se otorga en la meditación de los hechos del discurrir de la sensibilidad del alma que es de mayor sensibilidad cuanto más edad una y
uno tenga, cuando la realidad es que es el conocimiento y no la ignorancia
quien aviva la llama de la sentimentalidad humana; pero lo más importante o
primerizo será el deseo de ese conocimiento que te lleve a su lectura y posterior
agradecimiento, pues si conoces , anhelas ese conocimiento y si al conjunto que te
lo ha posibilitado no eres agradecido deriva el aspecto de su materia de uso a
un abuso en un propio beneficio. Quiero conocer para que mi vida sea más feliz,
no para conspirar.
Si este saber lo fuiste
adquiriendo más sensible eres, y las
trampas de la dejadez y fatua vanidad se irán disipando. Verás una madre con un
hijo y eso será lo que importe, pues eres una persona agradecida. Podrás llorar
también porque el destino no te haya “elegido”; pero al final se da una y uno
cuenta de que no es el árbol el que hace caer al fruto sino que tiende por sí mismo a caer del árbol,
a perder su gusto en su trágico marchitar. Es la persona quien lo recoge para
su beneficio, y bien sabido es que no ofrece mayor sacrificio que un estirar la
mano. El árbol no te pide un agradecimiento particular, sino ,que ames la
naturaleza agradecid@; tan solo que recojas
en el momento adecuado su fruto, quizás debiera ser más exigente el árbol pero
ese es otro asunto.
xurxo@erencia