sábado, 28 de abril de 2012

El zorro,las manzanas y las niñas

Estaba un día una oruga en una ramita de un árbol chiquitin,tan diminuta era la ramita que una leve brisa ligeramente arremolinadita se le presentaba como un obstáculo enorme sin fin.Era el arbolito muy bonito,un viejo manzano pequeñito que era propiedad de un leñador.Porque se daba el caso que también eran dos manzanas gemelas que vivían en la montaña con su abuelito,que era el ya comentado de oficio hachador.¡No,no!,así no era,¡no!,¡perdonen ustedes!,eran dos niñitas,dos,dos gemelas,las que que vivían en la montaña,en una cabañita propiedad del viejecito leñador,era este el abuelito.¡MEJOR,MEJOR ASÍ!.Las manzanitas mo eran solo dos,¡que va!,¡que va!,eran muchas más y vivían en algunos de los árboles de la casita que estaba tupidita de manzanos,enebros,y dos sauces que no hacian más que llorar y llorar porque no sabían como hacer para dar manzanas ellos también,porque las manzanas eran muy requeridas allí,se comían muchas manzanas,era como un mundo de manzanas,pero no solo pequeñitas,también había las grandotas.
Cuando las niñas bajaban la colina por las mañanas para ir a la escuela llevaban libretas de seda,pequeños frasquitos de tinta de calamar y lapiceros de hojas puntiagudas de los altos enebros,para que así chupasen la tinta del molusco.


-Coged pues las cestas,niñas queridas-dijo la oruga-,al tiempo que estaban las dos gemelas a la altura del árbol.


Y es que tenían que llevar cuatro cestas llenas de manzanas hasta la casa de su tía una vez a la semana en época; hoy era uno de esos días de alegría,iban a verla que luego, les daría chocolatinas y podrían oler las flores tan bonitas que tenia en su jardín.
Las cestas permanecían en el mismo sitio siempre que iban a marchar a la escuela,apoyadas en las respetables raíces,en la base del árbol,como si de allí saliesen.


-Adios oruga perezosa,cuida bien de abuelito-dijeron al unísono las dos criaturas-,y sus cabezitas se fueron elevando por la disposición de sus ojos que buscaban allá a lo alto la cima de Juniperus comunis,el enebro más alto de los cinco o seis que había,de unos siete u ocho metros de altura.


-Y tu,Juniperus,ahhh,¿que haríamos sin vosotr@s?,¡vigilais tan bien!.
-Tened cuidado-dijo Juniperus-,parece que va a cambiar el tiempo,aunque se escapa a la lógica de la ciencia climatológica,pero mi experiencia me dice que hay que ser precavidos,acostumbradas estais al camino,pero...
-No te inquietes Juniperus,sabemos de sobras el camino,¡aquí es todo tan tranquilo!,y tampoco somos ya tan pequeñas,¡Adios!.


Así pues bajaban ya las dos niñas por el camino que iba a dar a la casa de su tía,cuando vieron una cría de petirrojo en el suelo que lanzaba diminutas tonalidades y trinos de auxilio.


Las dos niñas la vieron,pero también alguien más por allí cerca había.Detrás de unos matorrales, y de espaldas a ellas,había emboscado un zorro gris,de una hermosura extraordinaria, pero que llevaba dentro de si muy malas intenciones,el cual meditaba perversamente."Ajá,han caído en la trampa,jejeje...por algo soy el rey de la astucia,,ese pajarito que he puesto en el medio del camino
valdrá para que me las zampe a ellas,y de postre las manzanas...jajajaja...ahora debo salir a escena".




-Pobre petirrojo,dijo una de las niñas,¡necesita a su mamá!,¿donde estará su madre?
-Lo mejor que podría pasar es que volase y buscase a su madre,porque yo no veo que su madre esté por aquí cerca,si no quiere a su madre que vuele y que no la busque,¡pero tiene que aprender a volar!




Saluda el zorro a las niñas con una espectacular reverencia,y silbando una canción de amor de niñas dijo:


-Cierren los ojos,cuenten hasta diez y verán como ese pajarillo vuela,ustedes son niñas,y la magia son sus deseos.


El caso es que no dudaron ni por un momento de las aviesas intenciones del zorro,así cumplieron,los ojos se apagaron y los afilados colmillos del zorro se estaban ya preparando para el banquete,cuando de repente el viento sopló con una fuerza inmensa,el estruendo era ensordecedor,las niñas abrieron los ojos y vieron que el zorro volaba y volaba por efecto del viento adverso,y lo curiosio del caso era que a nada ni a nadie más afectó,y su duración fue muy efímera,lo suficiente para que su fuerza arrolladora dispusiese que  fuese propulsado hacia lo desconocido del Universo.


xurxo fernandez gonzalez