martes, 22 de mayo de 2012

Una partida de tenis

Agapito y Teofastro jugaban al tenis dos veces por semana,eran dos ejecutivos muy aburridos de la Standart ye ye Ali Oli Company,vivían solo para demostrar al mundo que las riquezas debían poseerlas,pues como eran lo seres más ambiciosos de la tierra,deberían ser para ellos las lentejas,-así pensaban,pues,los dos monolitos tecnocrátas del pundonor y la victoria-.

Eran bastante conocidos a raíz de lo que muchos consideraron un acto de manipulación mediática.

Ocurriera dos años atrás,cuando l@s polític@s se vieron presionados por sus propias medidas austeras a no usar coches oficiales,¡ni siquiera para el oficio!,el pueblo presionaba de tal forma que se extendió,no tanto por heroicos esbozos,sino más por la inercia de las cosas;ocurrió espontáneamente,como si una moda fuese o una antorcha apagada,pero resplandeció la soberana reivindicación y voz exigiendo a los más ricos de la tierra  que predicasen con el ejemplo,y fuesen al santo oficio de sus obligaciones en carros de bueyes,para así hacer honor a la más altas tradiciones.

Algun@s,l@s más cobardes,subieron pronto al carro,pero les salió cara la traición,los llamaron a filas y los llevaron a Siberia,y es que hay que comprender la situación,la revolución estallaba,y bajo ningún modo se iban a permitir estas felonías.Pero ahí estaban Agapito y Teofastro con el ingenio y el golpe de efecto preciso que requerían esos momentos.¿Quieren humillarnos?,¡jamás!,si los políticos no dan la cara empezaremos nosotros l@s grandes empresari@s,a partir de ahora,¡en tanques nos verán!.Y tal fue así que se entendió esto como lo que era,una declaración de guerra,pero la guerra no estalló,el pueblo rebajó las exigencias,y cuando no hacía falta ya la intervención militar iban Agapito y Teofastro en carro de combate a todos los lados,como era ahora el caso que se dirigían a las pistas de tenis en uno de la Armada Invencible Imperial y Orgánica.

-Jeje,¡que divertido esto Teofastro!,es que de verdad te digo que lo pasamos estupendo,de lo más guay,¡genial mi idea! -decía esto mientras disparaba`pelotas de tenis que introducía alocadamente en el cañón del carro de combate,en tanto que los viandantes se parapetaban como bien podían,corriendo de un sitio tras otro sitio,para situarse hacia el luego,en un otro sitio nuevo-

-¿Tu idea?,yo fuí quien le dió el biberón,quien crió esa astuta fiera -respondía Agapito-,con la escotilla abierta y la pechera a medio cuerpo alzado y con un altavoz que sus ondas llegaban hasta donde limitaba la tierra con otra tierra -"Yo predije el movimiento de rotación y traslación de estas épocas,soy un científico en la materia de crear dinero,seguir mi ejemplo..." y no paraba de hablar

Mientras,las pelotas,que iban de aquí para allá,hartas de condición de pelotas se reunieron todas y decidieron hacer algo,lo primero que pensaron por instinto era ir todas a saco a por las raquetas,pero había una de color rosa que pensaba de manera diferente,e influyó en todas las demás.¡No!,la raqueta es tan solo el verdugo,no confundiros,bien está que deje de ser raqueta,pero quienes deben de caer son los que las llevan y sujetan.

Bueno,pues la verdad que no sé como se las ingeniaron las pelotas,el caso es que empezó a caer una lluvia de ellas sobre Agapito y Teofastro,una vez que salieran del carro de combate, que ni polvo quedó de ellos.

xurx@erencia