viernes, 1 de junio de 2012

Una hora comprometida con su voracidad añadida

Era espectacular,meridiana su abismal responsabilidad de ciudadana,
tanto que se despertaba al minuto de siete por sesenta de la mañana,
cubría necesidades,boca ilusionada,con  amplias tostadas;
para su meditación juguetona,le llegaba tan solo una hora,
más cuarenta minutos para engullir aquellas inmensas rebanadas.

¡Pero con que suavidad flotaba en su cuna, y se engalana
en vivir esos añadidos cuarenta minutos junto a esa hora temprana!,
los golpes de su corazón advertían de esa pasión descontrolada
de vivir lo eterno en el corto tiempo de su aurora,
a las ocho cuarenta minutos,hasta mañana,vuelta al dulce nicho de la cama.

xurxo fernandez gonzalez