Luego de hacer
el amor con ellas,con sus flores, con el estilo de sus suaves caricias,con las
flores de ella,la primavera; y sutiles dedos que llevaban el secreto a la boca
,para dejar un olor fresco en la ribera; o si bien subía a la montaña por la
ladera,dejando atrás su falda y con alegres tonalidades ella,la primavera,
degustaba el aire que sobresalía de los pulmones de plácidas constelaciones amorosas
en suspiro errante, todo en la órbita de Eros parecía encontrarse
Vulcana baila
ahora una danza.Ella, quien creyera ser una diosa, mientras su boca
calla.Un,dos,tres pasitos a la izquierda,un semigiro con acto de leve genuflexión
para luego elevarse altiva,mirándole a los ojos dulcemente.Y la otra,la que era
asi observada,que aparece recostada en la fina hierba recortada,como en un tendido
pasadizo del amor que va unido al deseo y fuego de pasión.Lentamente se levanta como hipnotizada
acercándose a Vulcana.
No se puede
hablar de consumar un futuro esplendor si no existe una fértil tierra para la
siembra.
-Primero comete
esta Rosa,Matrioska,la que yo te ofrezco.
Pues ya sabemos
el nombre de la otra, Matrioska,una joven rusa que dicen de ella,algo
exageradamente,que descendía de los Zares. Poseía un cabello dorado que plácidamente
le bajaba hasta sus delicados hombros y una piel fina como la arena del
desierto.Vulkana y Matrioska, Matrioska y Vulcana simultaneando:
-Pues no soy yo
quien esté de acuerdo con ello.Yo quería amor contigo y tu me dices que primero
me coma una rosa.¡Vaya tontería!.Esos privilegios,¿porqué?.Hay gente en la vida
que se creen Diosas y Dioses,como es tu caso… -decía Matrioska,al tiempo que le
interrumpía Vulcana-
Tú dices ser
una Diosa,mas hablas como ser humano al decir cosas tan mortales.Yo soy más
sencilla que eso.Quizás sea como una semilla de invernadero.-y al decir esto,Matrioska,con
su mano izquierda abrió la resistente lona que iba a dar a La Meca.donde estaba la
puerta de la jaima, y silbó con fuerza-Al poco rato Tombili,Tumbiliti,Timbilicín y Tumbiliconcito
se personaban delante de ella,colocándose en una fila horizontal.El primero un
poco más grande que los otros dos y así sucesivamente.La mayor de todas y
suprema era ella, Matrioska y así hasta Tumbiliconcito
-¡Volverás!,recuérdalo.Y cuando vuelvas tendrá que ser con
la flor que crece en el monte de los deseos,la única flor que existe de esa
especie tan solitaria. .-decía así Vulcana-
Las telas de
tonalidades entre verdes y color tierra con dibujos de camellos y palmeras en
lo que parecía un idílico oasis se robustecieron por el golpe de las ondas
luminosas de condición natural,y con ello pareciera que cobraba vida el espíritu
del desierto.
Vulcana se
creía una Diosa, y de ella,de Matrioska, decían que venía de los Zares. ¿Qué es
mejor o qué es peor?, ¿de qué punto de vista neutral partimos? ¡Una diosa
y una monarca! Ellas no lo son, pero de
una manera u otra fingen serlo.Pero da igual. Están en la misma órbita del amor
por diferentes motivos.¿El amor?.El caso es que de algún modo...;¡Bueno! Lo que
se puede decir es que el destino las unió,si esas cosas hace el destino, en
caso claro está, de que se sepa el origen, o por lo menos se investigue, pues
si este es inpreciso permaneceremos en
las tinieblas más absolutos.Así pues,destino y origen son la misma cosa y nada
más que eso, se puede también establecer, es decir, todo es mentira excepto …¡en
fin!.Vulcana y Matrioska,cada una con sus intereses.Sus cuerpos estuvieron a
punto de rozarse.Ahora Matrioska volvía a Moscú,con sus cuatro acompañantes,
con sus fieles escuderos, Tombili,Tumbiliti,Timbilicín y Tumbiliconcito
Igual eres tú
la que tengas que venir hasta mi,¡nunca se sabe! .-le decía ahora Matrioska a
Vulcana enérgicamente,a modo de despedida.
Alguien, en algún
lugar de la tierra, sabía también de la existencia de Vulcana, o más bien será mejor
decir que conocía su secreto. Ese lugar estaba en La Selva Negra. Dicho así parece que
estamos hablando de África, ¡pero no!. Uno de los estados federados de Alemania
es Baden-Wurtemberg donde se encuentra las cadenas montañosas de tan
singular nombre
-Bien conocido
es que quienes esconden más enigmas en la tierra son los topos, pues un secreto
puede llegar a ser una miga de pan, dependiendo de los ojos que la miren. Hay
también rastro de otros secretos, como la huella que fijaron en la corteza del árbol nuestra madre y nuestro padre…-Quien así
hablaba era Karl con su hermano Herman, en la mansión que poseían en Friburgo
-
-Sí, lo recuerdo perfectamente, cuando bajaban al río. Eran jóvenes y se decían cosas al oído delante de los demás. Había menos libertad pero mucha más unión e ilusión. Ahora, la vida parece una caricatura que vuela acelerada a ninguna parte. .-decía Herman-
-¿Libertad?, bonito
nombre y nada más.-sentenciaba Karl-Pero...,¡bajemos al río!, Herman.
Karl, ahora,
solía irritarse con mayor frecuencia de lo normal por cosas que aparentemente
no debieran de ofrecer una importancia mayor ,aunque intentaba a la vez
consolar a su hermano, que era de espíritu más débil y vulnerable .Herman se
refugiaba más en sí mismo, con lo que fortalecía un estado de ánimo y disposición
que parecía despreciar la energía vital que le rodeaba, manifestándose así su devenir en la envoltura de un chico exageradamente
introvertido.-¿Porqué?-,solía preguntarse él, -¿si yo era de tierna infancia prematuramente
feliz.¿Quizás sea por eso?-.Una cosa seguían haciendo juntos.Ir a pescar al río.Cogieron
todos los aparejos necesarios y las cañas de pescar y abandonaron la mansión.
Mientras descendían,Herman,a la vez que ofrecía un cigarrillo a su hermano,le hacía la siguiente pregunta:
-¿Recuerdas hace seis años cuando estuvimos en Moscú?
-¿Y como no iba a recordarlo?- respondía Karl-
Matrioska estaba ahora en Moscú.En frente del Teatro Bolshói.En la programación de esa tarde noche, Ballet en dos actos bajo la produción del coreógrafo y bailarín Yuri Grigorovich.Matrioska estaba que no paraba.
-Nada…,uf…¡¡nos vamos para casa!,me tengo que dar un baño de esos relajantes. Tombili,Tumbiliti,Timbilicín y Tumbiliconcito …,¿a qué esperais?.
Mientras iban de camino hacia las afueras de Moscú donde Matrioska tenía su residencia, en un carro tirado por magníficos caballos, Matrioska reflexionaba.-Está bien, cogeré la flor, pero para ello debo batallar con mis enemigos. Si es que hay alguna o alguno que quiera sufrir las penalidades que lleva tal empresa. Pues no es poca cosa poder arrancar una belleza como esa de las raíces donde se vio a ella un día nacer esplendorosa.
El padre de Karl y Herman,.Jurgen Miller, fue un hombre autoritario,
amigo de las viejas tradiciones de la raza aria que en su juventud vivió en el
seno de una familia de clase media de Berlín, donde a la vez, su padre, Franz
Miller, el abuelo paterno de los gemelos trabajaba como ferroviario .Perteneció Jurgen a
las juventudes hitlerianas cuando tan solo tenía quince años. Franz Miller, por
el contrario, era de ideas opuestas al nacional socialismo y no dudó en ayudar
a los pequeños grupos de resistencia al régimen autoritario que impusiera Adolf
Hitler. Cuando tenía quince años de edad, Jurgen, decidió que la mejor carta de
presentación para entrar en las juventudes hitlerianas era delatando a su propio
padre, cosa que así hizo. Entró así a forman parte del grupo de la Jungmannschaften. Estalló
la guerra, y en el último tramo de esta entró en el frente, ayudando en la
defensa de Berlín, Su ambición era abominable. Al finalizar la guerra, dos
meses después se trasladó a Friburgo. Una carta que recibió con matasellos de
esa ciudad le llevó allí. La carta, entre otras cosas decía así:
En estos momentos de dolor y humillación, preciso es mirar hacia
delante. Tal vez tú no te acuerdes de mí. Yo soy aquella niña que salvaste de
morir ahogada en las aguas del río Spree, en el puerto fluvial de esa hermosa
ciudad en la que estás. Recuerda que te dije que no me olvidaría de ti, y soy una
joven mujer de palabra. Debes venir hasta aquí. Hay todo un mundo por delante, y
oportunidades para quien como tu
demuestra tener ambición sin fronteras. Tu llegaste a Berlín denunciando a tu padre por traidor a
la raza aria y a mi me salvaste la vida.¿Que más puedo decir a tu favor? .Éramos
unos adolescentes con toda la vida por delante y lo seguimos siendo. Necesitamos
gente como tu...
Jurgen Miller fue hasta Friburgo, atraído por el extraño
amor que hacia él sentía Lise. Al poco rato se casaron. Lise Schumann y Jurgen
Miller, Jurgen Miller y Lise Miller. Tuvieron tres hijos , Karl y Herman, los
gemelos, y una hermana tres años mayor que ellos, de nombre Clara. Lise poseía
una cantidad económica considerable de dinero después de heredar dos
propiedades de gran valor y una sustanciosa suma en joyas y acciones.
Así pues, estaban los hermanos Miller en dirección al río,
para ir a pescar. Iban dejando atrás la fachada principal de la mansión de dos plantas,
una magnífica casa de piedra con multitud de vanos cubiertos con ventanas simétricas
de dos hojas acristaladas, con sus jambas y listones horizontales .En la
primera planta una de ellas permanecía abierta, pero solo parcialmente una de sus
hojas, mientras que detrás de la otra se vislumbraba la figura de una mujer de
ojos negros que llevaba puesto un vestido azul con plisados y cordones de seda.
Su mirada se dirigía hacia sus dos hermanos, era Clara Miller.
Y en Moscú los escuderos Timbilicin y Tombili presentan
informe a Matrioska de la última misión a ellos encomendada, la de averiguar si
Vulcana posee alguna otra pretendiente; y dicen saber de buenas fuentes de la existencia de
una rival para conquistar el corazón de Vulcana, la que se creía una Diosa, que obligaba a sus pretendientas a
comerse una rosa, y que si no fuese satisfecha tal cosa tenían que buscar a la única
en su especie, la flor que en el monte de los deseos crece, si es que de verdad
querían, como así pareciere, que a ella la Diosa en unión voluptuosa y amor carnal se uniesen. Había
una rival, así era, y se llamaba Charlotte.
-¿Charlotte?,¿y quien es esa Charlotte?
-Una mujer que sabe volar
-¿Cómo?,¿una mujer que sabe volar?...ajajá…menuda estupidez
-No sé, con tu permiso Matrioska-decía ahora Tumbili-¿por
qué te extraña tanto?.Mira a nosotros cuatro. Sabemos volar. Y gracias a tu
generosidad
-¡Vosotros volar?...,jalaj…no me hagáis reír…,lo que
vosotros hacéis, y como ahí sí bien decís bajo mi consentimiento, lo que
vosotros hacéis…es algo parecido a zanganear …¿entendido?.
Zánganos torpes y cada
cual más bajito vivos solo para cumplir misiones que os fueron encomendadas.¡Y
nada más que eso!...¿de acuerdo o no?..¡en fin!...,me aburrís demasiado…¡fuera
de mi vista inmediatamente!...¡uf!...esto….,¡No!...¡esperad!...¡más del
informe!...¡algo de ellas!...¡Necesito saber!
-Dicen de ella quienes la vieron que parece como si fuese
una mujer que se pegase al cuerpo de una nada más verla, de una rara belleza,
muy sensual y sabia a la vez, y que posee dotes propias de quienes son de condición
masculina que la implementan, como la de quejarse continuamente. De momento no
se sabe nada más.Pero se espera que pronto vaya en busca de la flor.
-Pues…¡a que esperamos!,pronto, rápido, subamos ya al monte.
El secreto está en saber tratar bien a la flor.¡vamos!
Karl y Herman están ahora en el río, sentados en unas rocas.
Herman sigue hablando:
-Así es hermano mío, nuestra hermana Clara está hechizada
desde entonces. Tuvo en Moscú una relación con una mujer, yo nada quise decir, y
sobre todo viviendo nuestros padres, pero ya no puedo más, es algo tan
asqueroso. A nosotros nos enseñaron que estas cosas eran hijas del mismísimo
demonio, y esto así debe ser, pues Clara desde ese día, y tú lo sabes como yo
no sale de su alcoba.
-Pero,¿Qué estás diciendo?...,pero…Herman, yo soy tu hermano…,yo
te conozco muy bien Herman. Sé de sobras que eres muy fantasioso…,pero esto que
dices. Pero…¡Herman!.Estás sudando mucho Herman.¿que te pasa en la boca Herman?.Escúchame
bien. Sé que lo que dices te lo crees…,lamentablemente así es…,pero…Herman…,escúchame
por una vez Herman…¡Hazme caso!....Nosotros no tenemos ninguna hermana.
Matrioska volaba atravesando agarrada a sus cuatro escuderos
atravesando los valles colindantes a la montaña del deseo. El paisaje iba
cogiendo una tonalidad rojiza a medida que se iban acercando. Llegaron a la
cumbre. Allí ya estaba la mujer alada Charlotte. Vista de cerca no se sabía si
era hombre o mujer. Matrioska, esa mujer de enorme vitalidad y arrojo, ahora se
contrajo, tanto que parecía una pequeña mosca, intentó decir algo pero solo le
salió de la boca un pequeño hilo de saliva que parecía lava helada de la
montaña. La fuerza interior de Charlotte era arrolladora. Matrioska se dejó
llevar. Ya no hacía falta flor, ya no hacía falta alguien que pretendía ser una
Diosa, ya no hacía falta ninguna Vulcana más.
-Karl, escúchame bien…,la verdad…es que…yo encerré a Carla
en la habitación de la primera planta de la mansión que va a dar más al Oriente.¿Sabes?,en
la que de pequeños jugábamos cuando venían los primos de Escocia. Pero…¡Karl!...¿?me
escuchas?...¿porqué estás tan pálido?
-Pero…¿qué estás diciendo?...,¿de qué mansión
hablas?.Nuestra casa es humilde…apenas una cabaña…pero…¡No!...¡Dios mío!...¡por
favor!...¡Herman!...¡baja ese hacha!...por…lo que más…quieras…¡No!
-Yo maté a nuestro padre y nuestra madre
-¡No!...fue un accidente…ellos no lo oyeron…tu cortaste el árbol
y…ellos no lo oyeron…estaban juntos…el árbol les aplastó…pero…¿qué vas a hacer
con el hacha?
-Yo maté a Carla
El hacha quedó clavada en el tronco del viejo olmo. Herman
lloraba desesperadamente.
-¡No!,¡Dios mío!.¿porqué este sufrimiento?-¡Dios mío!,¡porqué
abandonas a los piadosos?...,¡no!...tu no existes…tu no eres ningún Dios…reniego
de ti.¡Satán es mi guía y valedor a partir de ahora!...reniego de ti…
La realidad era que el único que existía era Herman. Vivía
en una pequeña cabaña destartalada, en algún lugar de Las Selva Negra, el solo.
Sin besos, ni caricias, pero sí con deseos de un nuevo amanecer que no llega. En
la cabaña se encontró un libro que llevaba por título: “Vacaciones en Moscú. Mi
querida Matrioska, un vuelo en el pasado”
Xurx@erencia
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