Tocaré de nuevo esa canción,
con mis dedos filantrópicos y sensibles:
“El árbol que vio nacer nuetro Sol
Se encuentra hoy triste sin flor,
Sin pájaro que cobije el amor...”
Es una bonita canción
Que habla de nuestro pasado
En un proceso de hipnopsis
cuando nos perfumábamos
En el estanque dorado
Del hábito insano tu y yo...
Pero...¡Permítanme!
¡Volaré entre la maleza!
Haré hermosas serpentinas
Con figuraciones de ensueño
Para no aburrira al buen lector y lectora
Tocaré de nuevo esa canción,
Con mis dedos,te vuelvo a decir,
Amiga mano filantrópica y sensible:
“El árbol que vio nacer nuetro Sol
Se encuentra hoy triste sin flor,
Sin pájaro que cobije el amor,
Pero cuando yo era pequeña
Puse una semilla en el árbol
Y ahora es un pájaro cantor
El que me sigue noche y día...”
¡Disculpen...¡Debo partir!
Aunque no sé bien que camino coger,
pues es confusa esta viga que flota
Y se interpone como sustancia tronante
Cerca de donde aparece el mar en una estrofa,
Tal ya que no sé si llegaré a tiempo
De coger el último barco de vapor.
Depositaron en ti ese dolor.
No pemitas que pisen más tu orgullo...
¡Yo debo partir!
“...Cuando era más
jovencita, sí;
Sin pájaro que cobijara al amor
Puso en el árbol un corazón y un sol...”
Muerto entonces sería prueba de que existe
vida
Para que mañana digan que hubo un excelente día.
Pero...debo pensar...mejor es cantar...debo
soñar,
Una y otra vez, sin parar. Si me duermo...
Con el sueño entra una inquietante debilidad.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.