El joven escritor atravesó las vías del tren alocadamente, mientras
la locomotora se iba acercando. Pasó al otro extremo aterrorizado, mientras por
el túnel subterráneo subían los halcones con sus zancadas de la muerte ,que
devoraban las hojas de los libros más
tiernas e inocentes.Él miraba hacia el cielo,que estaba plagado de seres humanxs
que volaban y se escondían detrás de las nubes ensangrentadas.La locomotora frenó
en un estruendo seco y con un prolongamiento fúnebre chirriante.Las puertas
automáticas se abrieron y se produjo un silencio inquietante, ahora estaban ya
de frente,venían a por él.Subió al vagón que más a mano tenía,las puertas se
cerraron y la locomotora emprendió la marcha,los asientos del vagón tercero y
cuarto estaban llenos de rosas negras que lloraban y componían una oda.Suavemente,con
mucha precaución y sigilo empezó a andar.
Una vez que estaba dentro apoyó su mano derecha para
descansar un breve momento.”Querido amigo, usted está en un error,no puede por
mucho que quiera transformar la realidad, eran las palabras que acudían a su
mente”, que buscaba con sus ojos a través de los cristales del tren que se cubrían
de una espesa niebla que se acumulaba, imanante del empapado sudor de su cuerpo, que se le pegaba a su ropa
descolorida y mugrienta.Los halcones desaparecieron cuando vieron que no tenía ninguna
posibilidad de alcanzar a la futurible presa; eso debía ocurrir pensaba el joven: ”ahora ya no están,desaparecen
cuando me ven cerca de cualquier indicio creativo o en cuanto la madre
naturaleza arroja sus versos para ser contemplada,pero no así cuando ceso mi labor
poética, entonces es cuando me persiguen. Como esta niebla que queda marcada en
el cristal y se marcha para dar paso a visiones gozosas, o no placenteras,pero
visiones al fin y al cabo.
Atravesó los vagones abarrotados de líricas flores, al
tiempo que la percusión se aceleraba en su corazón y de sus ojos brotaba una
sal misteriosa.Los sonidos de los versos y sus letras le apaciguaban.Sonaban
las flautas,violines y guitarras de lxs que en realidad eran excursionistas que
viajaban por las tierras del Norte, acompañadxs por las voces de lxs poetas
cantautorxes
Mientras la muerte venga a visitarte
en algún lugar del encuentro
se situará una blanca paloma,
subida a una escalera
en las verdes praderas
de la aurora solitaria aurora.
Un amor para abrazarte
te espera al final de todo.
Quien puede saber con certeza,
igual hasta consigues esquivarla
y le robas su belleza.
Cogió el mensaje,para sobrevivir y entrar en el jeroglífico
de la felicidad debía de llegar hasta la locomotora.
Estaba ahora en zona
de espera,esa que hay entre dos vagones con puertas laterales que se abren y se
cierran como alas que se pliegan y despliegan, para que la nómada e insegura condición
así camine sobre ellas, en un hábito
vital que a pesar de estar sumido en una rutinaria fijación, deja una mezcla de
esperanza y melancólica sensación; en un fluido ir y venir de un devenir del
azar en el porvenir;de caminos sembrados de deseos y dudas, donde las almas transmigran
las unas con las otras, buscando los remansos de paz en extraños equilibrios.
El vagón número dos estaba de frente, ahora las máquinas se paraban
y los destellos de los botones intermitentes, unidos a las pequeñas letras de los
paneles informativos, aparecía todo en su conjunto como símbolos de la nueva esperanza
que se abría .Las imágenes que configuraban la complejidad y a la vez inocencia
de su mundo interior iban transformándose, ahora viajaba más alegre, hacia el
otro extremo de su cardinalidad,hacia el verdadero sentido de la vida, al
esplendor bucólico de la libertad sin cadenas, dejándose llevar solo pòr su
inocencia,alejándose de la propia mezquindad,la que aparece en el uso de la retórica
y rutina de un mundo de totalitarias formas, impuestas por quienes obligan.
Su discurrir era el contrario al punto de partida. Volvió a
mirar para atrás, y lo que antes eran solitarias rosas negras tristes y
amargadas aparecía ahora como un dulce porvenir de semillas inquebrantables,
que se clavaban en personas honestas que
clamaban por la paz. Las puertas laterales se abrían ;entraban personas que
gesticulizaban joviales y hermosas, se oían cánticos que salían del corazón, de
independencia, de sus almas y de la tierra que habitaban, para que así volviese
en todo su esplendor la madre naturaleza, ¡Abajo lxs tiranxs!,decían unxs, ¡ya
llega el socialismo liberatario!,decían ortrxs. Iban entrando,algunxs saludaban
y compartían con lo que antes parecían
rosas negras, gentes de otras tierras y latitudes que embarcaban en la línea de
lxs nuevos trenes que hacían viajes hacia la libertad.
Ahora iba sintiendo una nueva sensación en su interior, todo
esto era nuevo para él,no estaba acostumbrado a abrazar la hermandad en tan
entrañable unión.Su disposición interior siempre fue clara hacia la libertad,muchas
habían sido sus propias aportaciones creativas hacia causas solidarias, había
estado en las barricadas en tiempos difíciles y su firma estaba presente en las
causas comunes del fin reivindicativ .Poseía una disciplina totalmente
desordenada pero a la vez recta y amorosa. Empezaba cuatro cosas,acababa una y
volvía a empezar otra, para luego volver a la primera,como una mariposa
inquieta en la primavera o como el viento que inquieto despliega a ráfagas
sorpresivas..Se tenía, como una persona altamente extrovertida, y de hecho así lo era,
poco hacía falta que el viento soplase favorable para desarrollar su
teatralidad,aunque lo que sí era cierto es que el viento muchas veces soplaba
en contra y el reflejo de su creatividad era aún más esplendoroso.Esto último
no lo llevaba muy bien, sabía que estas cosas ocurrían,que era así la vida,
pero en realidad odiaba que así fuera,que el ingenio se desplegase para el
drama de nuestras vidas así defienderse, apaciguando en una leve caricia caritativa
nuestras miserias; precisamente por eso no entendía
porqué la gente se resignaba a vivir en una espera a un beso,a un amor,a un
recreo,y así fue que se decía a sí mismo que se había arrinconado demasiado.
El joven se encontraba ya al lado de la puerta de la
locomotora,el tren estaba otra vez parado.Una joven muy alta permanecía de
espaldas a él,sujetando unos prismáticos que apuntaban hacia el exterior, hacia
la sucesión de montañas que se unían
entre sí plácidamente,en la cordillera cantábrica, en su vertiente norte, donde
las pendiente se hacen más acusadas por la cercanía al mar.La mujer,dotada de
una exuberante sensualidad, y de unas dotes interpretativas de una paz
rebosante de recogimiento y amor sobrenatural grita de emoción ¡Maravilloso!,el
joven vio en ella a la paloma subida en lo alto de la escalera en las verdes
praderas,la mujer se da la vuelta ,lo coge de sus manos y se juntan en un
estremecimiento de ternura y pasión, la puerta de la locomotora se abre sola y sale de ella un sonido transparente,parecido
al agua del río cayendo en la cascada que grita libertad.
FIN