Dos hombres hablaban de manera gestualmente acalaroda un día
invernal cuando daban un paseo por una amplia alameda. Dos investigadores sin
título nobiliario ni académico, pero dos personas con aspecto tenebroso y a la
vez ridículo .De hecho parecían dos sombras que flotasen en el aire y cambiasen
de dimensionalidad, los dos vestidos de negro con levitas, pero no muy
apretadas de cintura, por lo que tenían mayor parecido con su madre casaca Sus
caras eran como el resultado de una disolución aceitosa con colorante tirando a
marrón oscuro .Cuando hablaban saltaban.Ciertamente parecían sombras en el
aire,que a veces se sujetaban a la tierra. La sombra más pequeña era quien ahora
hablaba:
-Subieron los peldaños de las escaleras de tres en tres, eran
doce, subieron doce las escaleras de tres en tres. Eran veinte y ocho peldaños .Parece
que nadie lo vio,pero hay quien dice que se pudieron oir las pisadas, que se grabaron,todas en armonía, con micrófonos
ocultos, y que al llegar a la novena hubo una interrupción, que faltaba un
peldaño al final para subir,y quien sabe lo que ahí más sucedió.
Al acabar de hablar, la sombra pequeña recobró un poco la
imagen de una anterior vivida nitidez, de una vida propia, y se podía observar
ciertos rasgos que inducen a pensar que se pudiera tratar de alguien conocido
en el círculo privado de sombra grande.Pero esto son suposiciones.Quizás le
quede mejor lo de investigador sin título académico.Ahora era ella quien hacía
uso de la palabra:
-¡Bien!, dices que no hay testigos oculares, pero respecto a
quienes dicen que sí pudieron oírlo hay también otras cosas más importantes y
curiosas grabadas, como la de que lo que realmente se
escuchó fue como un grito:”subiremos de tres en tres, y como trece somos, tú
quedarás abajo, patito feo”.Extraña cosa, pero por grabado eso también lo está .Pero,
dejémonos ya de suposiciones. Fue patito feo quien escupió al Presidente de la Gobernación y no el
ministro de Finanzas, aunque sí con su patrocinio. Desde que no se permiten
periodistas ni otra cualquier otra persona cerca de un político o una política
que no esté convenientemente acreditada su identidad, suelen suceder más este
tipo de acusaciones entre estas y estos, entre unas y otros y las otras y los
unos y los unos y los otros y las otras y las unas
Al acabar de hablar, la sombra grande recobró un poco la imagen de una anterior
nitidez, de una vida propia, y se podía observar ciertos rasgos que inducen a
pensar que se pudiera tratar de algún magnate, de alguien poderoso, pero esto
son suposiciones. Quizás le quede mejor lo de investigador sin título
nobiliario..-
Una esfera en el aire se iba acercando desde el Sur hacia donde
estaban los dos hombres sombra. Giraba sobre sí misma grandiosa; una voz desde
dentro:
-Un día alguien me dijo que debería ser más ambiciosa, que
escribía bien y tenía cualidades artísticas que convenientemente explotadas
quien sabe a donde llegaría. ¡Pues bien!,¡aquí estoy!, dando vueltas dentro de
una transparente burbuja de difícil comprensión.
Mientras, la pompa estaba cada vez más próxima de las sombras,
era ahora la más pequeña la que estaba dando saltos persistentemente:
-¿Sí?,¡ya!, y según tu quien escupió al Presidente de la Gobernación fue patito
feo -decía sombra pequeña-,un ser que ni se sabe quien es, pero que luego fue
encontrado a pocos metros y llevaba explosivos como para volar un banco…,¡pero!,¡vamos
a ver!,¡todo esto es ilógico!.Además, ahora que lo pienso
La esfera se aproximaba más y más a las sombras:
-¡Ojala explotara ella!.Allí donde están tus ojos siento yo
que debería permanecer,pero el mundo es muy ancho.- Dentro de la burbuja una
mujer, Sarilapina.Era quien así hablaba. Sigue Sarilapina-Supongo que supondrá
una bonita diversión la de ver mi cuerpo encerrado en esta creación de dudosa
identificación .Jajaja..¡tiene gracia!’…,jajaja…,me río de todo y no podéis hacer
nada por evitarlo, jajaja.-Mientras esto decía Sarilapina, no cesaban las dos, pompa
y mujer de girar, yendo de un extremo al otro, donde extremidades nunca hubiera
ni pareciese que pudiera llegar a haber-.
Lo primero que haré al ser libre será escribir en el aire-prosigue
Sarilapina-.Pero para ello alguien deberá interceder por mi y hacer que la
burbuja explote, pues lleva esta un líquido protector defensivo echado por mí
misma impregnado en su capa interior de muy difícil quebrantar .Solo alguien
con comprensión. Con agua y jabón, sí con agua y jabón pude huir de mis secuestradoras y secuestradores,
introduciéndome en el caldero .Escapé del mundo del circo que explota a los
animales y personas forzándolos a circunstancias dramáticas. A mi me exhibían, pues
soy muy pequeña de tamaño. Lógico ello si me puedo introducir en un caldero con
agua y jabón, pero soy grande de corazón.
-Es una conspiración en toda regla-decía la sombra grande
colérica y en tono amenazante.-No se sabe como pudo llegar allí ni que planes
tenía .Se hizo ver y escupió al Presidente de la Gobernación.Seguramente
en un ataque de ira no contenida .Con eso hizo ver que era algo,como un poco más
personal el asunto.El caso es que se le interrogó y admitió que fue pagado por
el ministro de finanzas, y que estaba acreditado en esos momentos para
despachar un asunto con el presidente sobre dulces y pasteles. Lo creerás o no,
pero es lo que hay.
-Ya…,y lo de dulces y pasteles es la guindilla del pastel
del recochineo, voy a jugar en tu contra, y te lo digo así, a ver que haces
ahora…
La burbuja estaba ya a escasos cincuenta metros de donde los
dos investigadores sin título nobiliario y académico permanecían, emboscados en
una zona de olmos. El río discurría apaciblemente, descendía el agua sin mucho
caudal. Las dimensiones de la pompa eran más o menos como el diámetro de una
pelota de baloncesto. Continua su ahora ya cantar, Sarilapina, por el camino
del río, dentro de la esfera:
-Ella escribe en el aire para quien quiera,¡la Luna hermosa con sus
estrellas!,y puedo decir que mi ambición es que la gente no caiga en las
trampas enemigas, muchas son las
artimañas de la opresora y el opresor, pero ninguna acción tan compleja como la
de sabernos en un solo cuerpo sin espada con la que defenderse a merced de la
tiranía .Pero mi deseo quiero ver yo que cabalga donde vuestro amor, pues tuve
que pagar un precio, el que requiere el poder de la imperativa calma y concentración, para así saber que cartas rechazar, y a cuales combinaciones
no podría nunca llegar.¿Eres tu una de ellas?,¿o vives en la quietud y calma de
algo mejor?.Acércate y escucha el sonido labial.¿Qué dice el paisaje?,¿Quién silba
ahí fuera?.A pesar de que pasan loa años algo permanece ,y ese algo es la
esencia, nuestras raíces, mientras, yo aquí navegando en esta circunferencia.
Entre dos olmos estaban las dos sombras. Ahora no paraban de
moverse. Los ánimos estaban muy calientes.
-¡Canalla!,debí eliminarte hace tiempo -decía sombra grande-,tú,
mi anterior fiel escudero, sobrino mio, que ibas para triunfar en este mundo de
la Prensa y
las Finanzas.Nosotros somos y seremos siempre la voz del gobierno mientras este
sea de corte militar como el capital,que se acomoda perfectamente a la
jerarquía. Tu te atreves a decir que esto es un montaje y me desafías de esa
manera tan vil y torpe a la vez.¡Verás ahora!,verás como respondo yo…
El cantar de Sarilapina fue interrumpido bruscamente con la
visión, ahora nítida que tenía delante suya. Las dos sombras no eran sombras .Sombra
grande se trataba de Cornelius Rubeola Giraldez de la Plana,un alto cargo
directivo en múltiples callejones de la comedia y tragedia usurera, donde hizo
nombre desde la prensa escrita. Ahora se llevaba la mano a la bota izquierda
que llegaba casi hasta la rodilla,bajó la mano y abrió la cremallera. Sombra
pequeña,su sobrino jonathan,en quien había depositado esperanzas de que le
sucediera en el honor y la gloria, se iba echando hacia atrás cogiendo cada vez
más velocidad para la huida,tropieza en
unas rocas:
-¡Alto!,¡No!,¿Qué vas a hacer!
-Creíste que no podría con mis propias manos...,¿eh?
La esfera estaba ahora al lado de los dos, nadie la vio
hasta ese momento.Pero ahora brilló intensamente contra la cara de Cornelius.Sarilapina
chilló:
-¿Eh!,¡Alto!,¡canalla!,¿qué
vas a hacer?.-Al tiempo que esto decía la bola se abalanzó sobre Cornelius, quien muy alterado ahora gritaba
estruendosamente vociferante y a la vez tenso:
-Maldita bola salida del infierno, y dirigió la espada sobre
ella, tanto que le llegó a dar, a la par que salió despedida la espada de la
mano de Cornelius con el ímpetu. Llegó el arma hasta donde estaba Jonathan. La
esfera se agrietó, lo suficiente como para que Sarilapina pudiese con sus manos
hacer explotarla. Jonathan cogió la espada, y Cornelius, que cayera al suelo era
ahora quien estaba en el apuro.
-¡No!, todo es para ti,¡déjame vivir!-Recibió de arriba
hacia abajo y mango pegado a las dos manos de Jonathan la visita del metal
donde el corazón-
Sarilapina estaba ahora en el suelo, inconsciente. Ninguno
de los dos advirtieron de ella, pero sí una joven ardilla que cerca estaba, y
la cuidó como una más de la familia.