Bueno, pues como decía
ayer estoy contento de estar dando pasos para abrirme a un mundo que antes me
era desconocido pero al que tengo gran respeto y admiración. El entorno donde
circundan las almas de las letras. ¡Pero!...,¿Cuál es ese alma?.
Veamos…dejemos hablar a la
intuición:¿Es la misma alma la de la poética que la de la prosa?. Un día estaba yo…
Prosa poética era hija de
Poética y de Prosista. Ahora viene por el camino acercándose como despistada…¡qué
nervios!...,¿qué querrá a estas horas en que el sol se marcha?. Y es que ahora me
pasa por la cabeza un día que dejé yo que las cosas sucedieran. Ahora que la veo tan cerca…, y es que hubo un
día en que…esto me recuerda a otro día en que así ocurría:
“Vino
hasta mí y me miró. ¿Porqué no fui yo?.
Puse mis manos debajo de la tierra
y no creció nada,
Estaba el viento a favor y
soplé con fuerza.
Ya no hacía falta preguntar donde
se encontraba la claridad,
Todo parecía como si fuese un sueño
de adolescencia..;
De hecho, el tiempo no pasó pero sí
las secuencias.
¡Y la dejé pasar!. ¿Porqué no iba a hacerlo?
Yo no soy quien para…
Mas alguien enterrara donde tú duermes,
debajo tuya una leyenda,
Un amor de pubertad,
una inocencia ilusionista,
¿serás tu, la hija de la prosa y poesía
La que gravitara en mí esta fantasía?
Yo soplé y sople con fuerza pero no te dije nada,
¿Recuerdas?.
Pero había algo entre los dos, entre tú y yo.
Algo quedó pendiente esa tarde iluminaria.
¡Yo adoraba tu mestizaje!.
Eché la vista atrás hasta dos y tres veces
Y no dije nada, ¿recuerdas?;
Los dos adorábamos el paisaje.
Sabía que volvería a verte
Pero no soportaba la idea
De tener valor para decirte
lo mucho que te amaba.
Alguien enterrara donde tú duermes,
debajo tuya, una leyenda lírica,
yo así pensé y no te dije nada.
¡Pero te volví a ver!,
Pasaran unos día y te volví a ver.
¡Y me decidí!.
Te dije mientras mis ojos temblaban
Que yo te amaba.
Y tu me contestaras
Que estabas agradecida
Pero que tenías pretendiente.
¡Que idiota fui en no comprenderte!,
Pero lo que más me extrañó
Fue el hecho de que me lo dijeras con tanto amor, porque...
¿porqué no ibas tu a amar a otras cien mil otras?
¡Que idiota fui en no comprenderte!,
Pero…,¡un no con tanto amor!;
¿qué quería decir eso?.
¡Que idiota fui en no comprenderte!,
Yo no quería poseerte, quería tenerte.
Pero, la verdad, lo recuerdo como algo maravilloso a la vez.
¡Estabas tan guapa esa noche!,
¡Y me dijiste un no con tanta hermosura!.
Al principio no quise entenderte,
Tampoco guardé rencor alguno,
Aunque sí entristecí cuando así no debiera,
Pero era adolescente de boca pequeña.
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.