miércoles, 5 de junio de 2013

Prosa poética y el nuevo amanecer



Bueno, pues como decía ayer estoy contento de estar dando pasos para abrirme a un mundo que antes me era desconocido pero al que tengo gran respeto y admiración. El entorno donde circundan las almas de las letras. ¡Pero!...,¿Cuál es ese alma?.

Veamos…dejemos hablar a la intuición:¿Es la misma alma la de la poética que la de la prosa?. Un día estaba yo…

 
-Hola, xurxo

 
-¡Ah!. Hola alma poética, estás muy guapa así con el pelo recogido

 
-¡Es para verte mejor!

 
-¡Carambas!. Y yo que te creía a ti mas tímida.

 
-Bueno…,la verdad es que vengo a decirte que vas haciendo progresos. Quién sabe si  algún día…¡Pero!...un momento,…se acerca por ahí prosa poética. Debo ocultarme.

 

Prosa poética era hija de Poética y de Prosista. Ahora viene por el camino acercándose como despistada…¡qué nervios!...,¿qué querrá a estas horas en que el sol se marcha?. Y es que ahora me pasa por la cabeza un día que dejé yo que las cosas sucedieran.  Ahora que la veo tan cerca…, y es que hubo un día en que…esto me recuerda a otro día en que así ocurría:

 

           “Vino hasta mí y me miró. ¿Porqué  no fui yo?.

           Puse mis manos debajo de la tierra y no creció nada,

           Estaba el viento a favor y soplé con fuerza.

           Ya no hacía falta preguntar donde se encontraba la claridad,

           Todo parecía como si fuese un sueño de adolescencia..;

           De hecho, el tiempo no pasó pero sí las secuencias.

           ¡Y la dejé pasar!. ¿Porqué no iba a hacerlo?

           Yo no soy quien para…

 

           Mas alguien enterrara donde tú duermes,

           debajo tuya una leyenda,

   Un amor de pubertad,

   una inocencia ilusionista,

  ¿serás tu, la hija de la prosa y poesía

   La que gravitara en mí esta fantasía?

 

  Yo soplé y sople con fuerza pero no te dije nada,

  ¿Recuerdas?.

  Pero había algo entre los dos, entre tú y yo.

  Algo quedó pendiente esa tarde iluminaria.

  ¡Yo adoraba tu mestizaje!.

  Eché la vista atrás hasta dos y tres veces

  Y no dije nada, ¿recuerdas?;

  Los dos adorábamos el paisaje.

  Sabía que volvería a verte

  Pero no soportaba la idea

  De tener valor para decirte
 
  lo mucho que te amaba.

 

         Alguien enterrara donde tú duermes,

         debajo tuya, una leyenda lírica,

 yo así pensé y no te dije nada.

 

¡Pero te volví a ver!,

 Pasaran unos día y te volví a ver.

 ¡Y me decidí!.

 Te dije mientras mis ojos temblaban

 Que yo  te amaba.

 

 Y tu me contestaras

 Que estabas agradecida

 Pero que tenías pretendiente.

 ¡Que idiota fui en no comprenderte!,

 Pero lo que más me extrañó

 Fue el hecho de que me lo dijeras con tanto amor, porque...

 ¿porqué no ibas tu a amar a otras cien mil otras?

 ¡Que idiota fui en no comprenderte!,

 Pero…,¡un no con tanto amor!;

 ¿qué quería decir eso?.

 ¡Que idiota fui en no comprenderte!,

 Yo no quería poseerte, quería tenerte.

 
 Pero, la verdad, lo recuerdo como algo maravilloso a la vez.

 ¡Estabas tan guapa esa noche!,

 ¡Y me dijiste un no con tanta hermosura!.

 Al principio no quise entenderte,

 Tampoco guardé rencor alguno,

 Aunque sí entristecí cuando así no debiera,

 Pero era adolescente de boca pequeña.

 
-Bueno, pues la cuestión es que ahora vienes otra vez hacia aquí. Después de tantos años, ¿serás la misma?. Recuerdo también cuando luego supe que eras hija de Prosista y Poética, aún hace poco que me enteré. Entonces comprendí porqué ese  fue el no más bonito que oyera jamás. Porque salió de ti y de esta tierra que nos vio nacer.

 
-No te inquietes-me decía ahora desde la cueva donde estaba ahora escondida poética. No sufras. La vida es hermosa y te da más oportunidades. Pero ahora…,¡ahí está ya mi hija!,¡ya llega!,¡no lo dudes!, ella es buena…

 
Ahora parecía como si quisiese que la tierra me tragase, pero poco a poco. Estaba demasiado nervioso. Pero sentí que no debía huir. Ella al igual que treinta años atrás llevaba una guirnalda de colores suaves, se la descolocó y me la entregó a mi.

 
-En buena hora nos hallamos tu y yo ahora-dijo prosa poética mientras sus dedos acariciaban mi frente-, y me colocó la guirnalda mientras los ojos lloraban. Y cual fue mi sorpresa que en ese momento salió poética de la cueva convertida en una adorable serpiente, de esas que contra ellas calumnias hay dispuestas por almas de ignominiosa fe y catadura moral. Poética podía mutar, regenerarse, transformarse en energía o volar en medio de las praderas. Ahora eligiera ofídica presencia para lamer las heridas que así fueron cerradas de mi alma.

 
Y llenos de gozo organizamos una pequeña fiesta a la que acudieron gentes de diversos lugares. Papá Prosa ese día hasta cantaba subido a la piedra alta en forma de Ara, cuando en soliloquio bendecido por la pasión y la lógica, agradecido, enumeraba, una tras otra a todas las almas buenas de la tierra.

 

 
Xurx@erencia

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.