ACTO II
ESCENA VI
(Castillo de Causto
Lígito, rey de Fontipanerika. Aposentos de Youilovina, sobrina del rey. Están
Causto Lígito y Youilovina)
CAUSTO LÍGITO: Bien
Youilovina, nada más por hoy. Es un placer estar contigo aquí jugando al
ajedrez y leyendo versos pero ahora debo retirarme a mis aposentos
YOUILOVINA: Entiendo,
está a punto de oscurecer y tú eres muy estricto en estas cosas. Debes
olvidarte de esos sueños, debes olvidarte de Mougadiviche, que por lo demás ni
siquiera se sabe bien si ella existe o no existe.
CAUSTO LÍGITO: Pero querida Youilovina, los sueños no son una cosa de olvidar o no, de hecho vienen o no vienen..., y ya está...La gente
cuando algo no quiere ver enseguida piensa que no existe, y más en estos
tiempos en que se hace extremadamente complejo saber cuál es el límite...,en
fin. Yo creo que hay más tierra de la que conocemos...; tal vez hubiese sido
mejor si me hiciese navegante, pero ahora es demasiado tarde y soy rey por
derecho ,aunque espero pronto dejar de serlo, de hecho.
YOUILOVINA: La gente se
queja cada vez más de estas cosas, de que dices constantemente que dejarás de
ser rey para salvar al mundo mientras nada cambia para ellas y ellos.
CAUSTO LÍGITO: Un rey no
debe de pararse en esas cuestiones y seguir su hoja de ruta.
YOUILOVINA: 'Debes
olvidarte de ella!.
CAUSTO LÍGITO: ¡Eso es
imposible!, tengo la intuición de que poco falta para que me diga donde está y
entonces deberé ir donde ella. De hecho tengo alguna pista, es reina de un
extraño país...,¡ella es muy lista!
YOUILOVINA: Poco falta ya
para ir a la montaña de Fromtiksom... Ese clima, el aire puro y la naturaleza en
todo su esplendor te ayudarán.
CAUSTO LÍGITO: ¡Está
bien!, lo aceptaré con resignación
YOUILOVINA: No lo debes
aceptar con resignación sino con ilusión.
CAUSTO LÍGITO: Lo cierto
es que lo que dices no deja de tener razón. Creo que humanos y humanas a veces
nos tomamos las cosas como si fuesen inevitables y no con ilusión, como tu dices. Supongo que habrá que
dejarse hacer...
YOUILOVINA: Supones bien
CAUSTO LÍGITO: ¡Bien!
YOUILOVINA: Sea así, pues...,sea así el
bien
CAUSTO LÍGITO: Bien...,
esto..., lo dicho, me retiro a descansar
YOUILOVINA: ¡Que
descanses bien!
CAUSTO LÍGITO: ¡Dame un
beso, sobrina mía!
(Se besan. Sale Causto
Lígito)
YOUILOVINA: Bueno, y
ahora que estoy sola comenzaré a escribir la carta y la leeré en voz alta al
tiempo que queden impresas las letras en el papiro
(Youilovina coge
la pluma de faisán entre sus dedos y en voz alzada al mismo tiempo
escribe)
“A veces somos demasiado
crueles las personas sin darnos cuenta, pero créeme si te digo que mi tío, el
rey de Fontipanerika es bueno. Lo que ocurre es que el honor y honra de las
justas tradiciones avanzan muy despacio, porque así está escrito en las
estrellas que viven tan lejos como el principio de nuestros tiempos, y por ende
desde el comienzo en que esas tradiciones cobraron fundamento. Una camisa nueva
por cada día nuevo de sacrificio de un rey por traer de nuevo un nuevo espacio
en el que poder vivir todas y todos en unión. Cuando esto se consiga llegará la
hora de quemar todas las camisas y viejas tradiciones, pero de momento no nos
queda más remedio que...
(Gritando Youilovina)
YOUILOVINA:... ¡Vaya!...,
¡Maldita sea!...
(Toca la flauta travesera
Youilovina. Entra Romulin)
ROMULIN: ¿Qué desea ahora
la bella dama que da vida y fundamento al declinar del día con su presencia y
otro tanto cuando el sol sale por la mañana?
YOUILOVINA: ¡Bravo, querido
Romulin!, bastante acertado, veo que vas aprendiendo. ¡Así me gusta! Cada día
hay que decir algo nuevo y que sea bello y nuevo a la vez. Pero ahora..., ¡se
acabó la tinta!, tráeme más tinta de carbón, por favor...
ROMULIN: ¡Ahora mismo!...,
¡Ninfa del amor!
(Sale Romulin)
YOUILOVINA :
Desde que con mi tío llegó la cultura a este castillo hasta los guardas reales
son poéticos.
(Entra Romulin)
ROMULIN: Aquí tiene,
señorita Yuoilovina..., ¡la tinta!
YOUILOVINA (cogiendo la
tinta): ¡Gracias!
(El frasco de tinta cae
al suelo y rompe)
YOUILOVINA: ¡Oh!..¡Que
horror!... ¡que fatalidad!
ROMULIN: ¡La tinta!
YOUILOVINA (llorando): ¡no
puede ser!, ¿por qué ha tenido que suceder precisamente ahora esta fatalidad?
...un mal augurio..., ¡se acerca una catástrofe!
ROMULIN: ¡Corre la tinta
por el suelo!
YOUILOVINA: Mandad que la
limpien y...pero... ¡espera!..Serás tú quien ahora escribas..., para que no
caiga en mi el maleficio sino en ti...
ROMULIN: Pero... ¡Yo no
sé escribir!
YOUILOVINA: ¡Que no sabes
escribir! Pero, ¿acaso no te has apuntado a los cursos de aprendizaje que da mi
tío el rey?
ROMULIN: No sabía yo de
eso, ¡a mi nadie me avisó! Pero quien sí sabe es Remulino que está cerca de
aquí)
YOUILOVINA: ¡Traedlo
inmediatamente!
(Sale Romulin. Silba. Corre
veloz Remulino. Entran los dos)
YOUILOVINA: ¡Tú!, ¡escribirás
aquí lo que yo te voy a decir! Así pues, ¿por donde iba, Romulin?
ROMULIN: ¡Yo no lo sé,
querida joven dama!..., verá usted..., pero..., yo no estaba aquí
YOUILOVINA: ¡Bien!...pues...
¡cierto es!...en fin...dejadme recordar... ¿por donde era la cosa?... ¡Ah!...,
¡Bien!, ¡cierto es!...puedo leerlo,...a ver entonces ¡sí! Así pues...escribe,
Remulino, escribe lo que te dicto: “...De momento,Olmo, no nos
queda más remedio que seguir aceptando cada una de nosotras y nosotros lo que
nos ha tocado vivir. ¡Deseo conocerte!. Desde el día que se posó en mis pies uno
de tus poemas yo deseo conocerte. Acabo de enterarme hace dos días por medio de
uno de los guardias reales que mi tío fue a visitarte la otra tarde, y
deduzco que sobre mí tratasteis, pues anda nervioso porque cree que tú no eres
sincero en estas cosas del amor, y aquí todas y todos opinan que esa lírica
tiene una destinataria que es la de mi persona, y yo al leerlas no puedo mas
que...
REMULINO: ¡por favor,
Youilovina...!
YOUILOVINA: ¿Ocurre algo?
REMULINO: No tan
deprisa...por favor...
YOUILOVINA: Y luego, ¿done
vas?
REMULINO: Donde Olmo
YOUILOVINA: ¿Y para qué vas a ir ahora donde Olmo..No!, ahora seguimos...¡Ah!, bueno que vas en la palabra Olmo...,esto...¡bien!...,ya está entonces.Continuo...,pero no...¡Déjalo!...,bien pensado es un poco atrevido por mi parte que
vosotros sepáis de estas cosas..., ¡Retiraros!, saldré dentro de poco y que
luego limpien la mancha.
(Salen Romulin y
Remulino)
YOUILOVINA: ¡Bien!,
seguiré como iba al principio, escribiendo y en voz alta para recordar lo que
escribo: “..., y yo al leerlas no puedo mas que... y perdóname, Olmo, la arrogancia o
atrevimiento de pensar que así es, pues me siento reflejada en esas bellas
palabras que salen de tu interior. Te pregunto abiertamente. ¿Es eso cierto?, ¿debemos
desconfiar de las bellas palabras?, ¿salen también las rimas y romances con voz
temblorosa pero a la vez decidida en el buen rumbo de nuestras inclinaciones
del alma de las personas de baja catadura moral y de mezquinas objeciones? Yo
creo que no, que eso es imposible, y que en tal caso lo que puede haber son
dudas, indecisiones y recelos que pueden llevar a las epidémicas enfermedades del
desatino de la razón o dudas de amor.Pero, ¿es eso cierto?, ¿es cierto que me amas y sabes amar?... Aquí, desde donde ahora escribo, desde
mis aposentos, salen veloces estas palabras porque son dictadas al abrigo de la razón que dictan
los ritmos rápidos del latir de mi corazón. ¡Si estas palabras te pudieran
valer para no sentirte tan solo...!
(Youilovina reposa la
pluma de faisán sobre la mesa escritorio)
YOUILOVINA: ¡Bien!, creo
que con esto es suficiente...no hay porqué en un principio abrirse más, pero
debo decirle cual es mi intención...
(Youilovina vuelve a
coger la pluma de faisán entre sus dedos
y continúa en voz alzada escribiendo)
YOUILOVINA: "Daré orden
para que esta carta se deslice por debajo de la puerta, y al tercer día de
leerla espera a medianoche, pues he de ir a visitarte. Sin más palabras que
añadir a las presentes se despide alguien que quiere dar una oportunidad a la
amistad y el amor."
Youilovina.
(Cerca de la estancia de
Youilovina en el patio interior está Conciliabilis el embajador de la guerra y paz del reino de Fontipanerika que la espía)
CONCILIABILIS : ¡Bien!,
desde que le dije que dudaba de las buenas intenciones de su tío el rey,
Youilovina, ni se digna a saludarme cuando me ve, pero...ahora...,¿qué veo yo allí?...;ya veo...,uno de los guardas
en el corredor ...,¡lo llamaré!...
(Imita Concilia bilis
silbando el sonido de un caracol)
REMULIN (Confundiendo la voz con la de un búho): Pero... ¿qué
oigo yo?... ¿qué extraño búho hay allí en el patio?..., me acercaré a ver que ocurre...
(Entra Remulin en el
patio interior)
CONCILIABILIS: ¡Haced
aquí acto de presencia delante de mí!
REMULIN: ¡El búho!
CONCILIABILIS: ¡No!..., ¡el
embajador!
REMULIN: ¡Oh...su
excelencia el embajador!
CONCILIABILIS: En cuerpo
y alma...
REMULIN: Y así el destino
y Dios que le deparen muchos años y alegrías
CONCILIABILIS: ¡Acérate!
REMULIN: ¡En ello ya
estoy!
CONCILIABILIS: Pero..., ¡decidme!...,
que órdenes os daba Youilovina..., ¿Qué está tramando?
REMULIN: Eso yo no lo
puedo decir..., primero me debo al rey..., y luego a ella
CONCILIABILIS: ¡Eso creo que
tiene fácil solución!
(Rodea con el brazo
izquierdo el cuello de Remulin y con el derecho saca un puñal)
REMULIN: Pero..., ¡no!...,
¡dejadme!... ¡soltadme!
CONCILIABILIS: Confiesa
todo lo que tengas que decir de esta cuestión o muere bajo el filo de la fría hoja
de esta daga que ahora se posó en tu cuello.
REMULIN: Pero... ¿estáis
locos?
CONCILIABILIS: ¡Muere
entonces!
REMULIN: ¡No!...¡de acuerdo!...,se
dispone..., a entregarle una carta... en secreto... al planchador de... camisas
CONCILIABILIS: ¡Lo que me
imaginaba!...poco discreta es Youilovina en confiar tanto del silencio de los
y las demás, pero... ¿Cuando es que se van a ver?
REMULIN: Eso no lo sé...,
luego..., al escribir la carta..., la tinta se cayó..., y es secreto que guarda la carta o algo que no
se sabe si se producirá
(Conciliabilis, el
embajador, separa el brazo izquierdo del cuello de Remulin, baja el puñal y lo guarda. )
CONCILIABILIS: ¡Bien!...,
supongo que será cierto. No digas nada a Youilovina de este encuentro entre tú
y yo e infórmame de cuando va a ser el que se producirá entre ella y él. Si no haces
lo que te estoy ordenando será peor para ti, para ella y Olmo, pues en estos asuntos no dispone de la
buena consideración del rey hacia tales inclinaciones. Yo soy hombre y tengo
cierto poder. ¡Retírate!
FIN
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