sábado, 14 de septiembre de 2013

FANTASÍA DE CORTE Y NOBLEZA (ACTO II; ESCENA VI)




                                                     ACTO II   

                              ESCENA VI

 

 

(Castillo de Causto Lígito, rey de Fontipanerika. Aposentos de Youilovina, sobrina del rey. Están Causto Lígito y Youilovina)

 

CAUSTO LÍGITO: Bien Youilovina, nada más por hoy. Es un placer estar contigo aquí jugando al ajedrez y leyendo versos pero ahora debo retirarme a mis aposentos

 
YOUILOVINA: Entiendo, está a punto de oscurecer y tú eres muy estricto en estas cosas. Debes olvidarte de esos sueños, debes olvidarte de Mougadiviche, que por lo demás ni siquiera se sabe bien si ella existe o no existe.

 
CAUSTO LÍGITO: Pero querida Youilovina, los sueños no son una cosa de olvidar o no, de hecho vienen o no vienen..., y ya está...La gente cuando algo no quiere ver enseguida piensa que no existe, y más en estos tiempos en que se hace extremadamente complejo saber cuál es el límite...,en fin. Yo creo que hay más tierra de la que conocemos...; tal vez hubiese sido mejor si me hiciese navegante, pero ahora es demasiado tarde y soy rey por derecho ,aunque espero pronto dejar de serlo, de hecho.

 
YOUILOVINA: La gente se queja cada vez más de estas cosas, de que dices constantemente que dejarás de ser rey para salvar al mundo mientras nada cambia para ellas y ellos.

 
CAUSTO LÍGITO: Un rey no debe de pararse en esas cuestiones y seguir su hoja de ruta.


YOUILOVINA: 'Debes olvidarte de ella!.

 
CAUSTO LÍGITO: ¡Eso es imposible!, tengo la intuición de que poco falta para que me diga donde está y entonces deberé ir donde ella. De hecho tengo alguna pista, es reina de un extraño país...,¡ella es muy lista!

 
YOUILOVINA: Poco falta ya para ir a la montaña de Fromtiksom... Ese clima, el aire puro y la naturaleza en todo su esplendor te ayudarán.

 
CAUSTO LÍGITO: ¡Está bien!, lo aceptaré con resignación

 
YOUILOVINA: No lo debes aceptar con resignación sino con ilusión.

 
CAUSTO LÍGITO: Lo cierto es que lo que dices no deja de tener razón. Creo que humanos y humanas a veces nos tomamos las cosas como si fuesen inevitables y no con  ilusión, como tu dices. Supongo que habrá que dejarse hacer...

 
YOUILOVINA: Supones bien

 
CAUSTO LÍGITO: ¡Bien!

 
YOUILOVINA: Sea así, pues...,sea así el bien

 
CAUSTO LÍGITO: Bien..., esto..., lo dicho, me retiro a descansar

 
YOUILOVINA: ¡Que descanses bien!

 
CAUSTO LÍGITO: ¡Dame un beso, sobrina mía!

 

 (Se besan. Sale Causto Lígito)

 

YOUILOVINA: Bueno, y ahora que estoy sola comenzaré a escribir la carta y la leeré en voz alta al tiempo que queden impresas las letras en el papiro

 

(Youilovina  coge  la pluma de faisán entre sus dedos y en voz alzada al mismo tiempo escribe)

 
“A veces somos demasiado crueles las personas sin darnos cuenta, pero créeme si te digo que mi tío, el rey de Fontipanerika es bueno. Lo que ocurre es que el honor y honra de las justas tradiciones avanzan muy despacio, porque así está escrito en las estrellas que viven tan lejos como el principio de nuestros tiempos, y por ende desde el comienzo en que esas tradiciones cobraron fundamento. Una camisa nueva por cada día nuevo de sacrificio de un rey por traer de nuevo un nuevo espacio en el que poder vivir todas y todos en unión. Cuando esto se consiga llegará la hora de quemar todas las camisas y viejas tradiciones, pero de momento no nos queda más remedio que...

 
(Gritando Youilovina)

 

YOUILOVINA:... ¡Vaya!..., ¡Maldita sea!...

 

(Toca la flauta travesera Youilovina. Entra Romulin)

 
ROMULIN: ¿Qué desea ahora la bella dama que da vida y fundamento al declinar del día con su presencia y otro tanto cuando el sol sale por la mañana?

 
YOUILOVINA: ¡Bravo, querido Romulin!, bastante acertado, veo que vas aprendiendo. ¡Así me gusta! Cada día hay que decir algo nuevo y que sea bello y nuevo a la vez. Pero ahora..., ¡se acabó la tinta!, tráeme más tinta de carbón, por favor...

 
ROMULIN: ¡Ahora mismo!..., ¡Ninfa del amor!

 

(Sale Romulin)

 

YOUILOVINA : Desde que con mi tío llegó la cultura a este castillo hasta los guardas reales son poéticos.

 
(Entra Romulin)

 

ROMULIN: Aquí tiene, señorita Yuoilovina..., ¡la tinta!

 
YOUILOVINA (cogiendo la tinta): ¡Gracias!

 

(El frasco de tinta cae al suelo y rompe)

 

YOUILOVINA: ¡Oh!..¡Que horror!... ¡que fatalidad!

 
ROMULIN: ¡La tinta!

 
YOUILOVINA (llorando): ¡no puede ser!, ¿por qué ha tenido que suceder precisamente ahora esta fatalidad? ...un mal augurio..., ¡se acerca una catástrofe!

 
ROMULIN: ¡Corre la tinta por el suelo!

 
YOUILOVINA: Mandad que la limpien y...pero... ¡espera!..Serás tú quien ahora escribas..., para que no caiga en mi el maleficio sino en ti...

 
ROMULIN: Pero... ¡Yo no sé escribir!

 
YOUILOVINA: ¡Que no sabes escribir! Pero, ¿acaso no te has apuntado a los cursos de aprendizaje que da mi tío el rey?

 
ROMULIN: No sabía yo de eso, ¡a mi nadie me avisó! Pero quien sí sabe es Remulino que está cerca de aquí)

 
YOUILOVINA: ¡Traedlo inmediatamente!

 

 (Sale Romulin. Silba. Corre veloz Remulino. Entran los dos)

 

 
YOUILOVINA: ¡Tú!, ¡escribirás aquí lo que yo te voy a decir! Así pues, ¿por donde iba, Romulin?

 
ROMULIN: ¡Yo no lo sé, querida joven dama!..., verá usted..., pero..., yo no estaba aquí

 
YOUILOVINA: ¡Bien!...pues... ¡cierto es!...en fin...dejadme recordar... ¿por donde era la cosa?... ¡Ah!..., ¡Bien!, ¡cierto es!...puedo leerlo,...a ver entonces ¡sí! Así pues...escribe, Remulino, escribe lo que te dicto: “...De momento,Olmo, no nos queda más remedio que seguir aceptando cada una de nosotras y nosotros lo que nos ha tocado vivir. ¡Deseo conocerte!. Desde el día que se posó en mis pies uno de tus poemas yo deseo conocerte. Acabo de enterarme hace dos días por medio de uno de los guardias reales que mi tío fue a visitarte la otra tarde, y deduzco que sobre mí tratasteis, pues anda nervioso porque cree que tú no eres sincero en estas cosas del amor, y aquí todas y todos opinan que esa lírica tiene una destinataria que es la de mi persona, y yo al leerlas no puedo mas que...

 
REMULINO: ¡por favor, Youilovina...!

 
YOUILOVINA: ¿Ocurre algo?

 
REMULINO: No tan deprisa...por favor...

 
YOUILOVINA: Y luego, ¿done vas?

 
REMULINO: Donde Olmo

 
YOUILOVINA: ¿Y para qué vas a ir ahora donde Olmo..No!, ahora seguimos...¡Ah!, bueno que vas en la palabra Olmo...,esto...¡bien!...,ya está entonces.Continuo...,pero no...¡Déjalo!...,bien pensado es un poco atrevido por mi parte que vosotros sepáis de estas cosas..., ¡Retiraros!, saldré dentro de poco y que luego limpien la mancha.

 

(Salen Romulin y Remulino)

 

YOUILOVINA: ¡Bien!, seguiré como iba al principio, escribiendo y en voz alta para recordar lo que escribo: “..., y yo al leerlas no puedo mas que... y perdóname, Olmo, la arrogancia o atrevimiento de pensar que así es, pues me siento reflejada en esas bellas palabras que salen de tu interior. Te pregunto abiertamente. ¿Es eso cierto?, ¿debemos desconfiar de las bellas palabras?, ¿salen también las rimas y romances con voz temblorosa pero a la vez decidida en el buen rumbo de nuestras inclinaciones del alma de las personas de baja catadura moral y de mezquinas objeciones? Yo creo que no, que eso es imposible, y que en tal caso lo que puede haber son dudas, indecisiones y recelos que pueden llevar a las epidémicas enfermedades del desatino de la razón o dudas de amor.Pero, ¿es eso cierto?, ¿es cierto que me amas y sabes amar?... Aquí, desde donde ahora escribo, desde mis aposentos, salen veloces estas palabras porque son dictadas al abrigo de la razón que dictan los ritmos rápidos del latir de mi corazón. ¡Si estas palabras te pudieran valer para no sentirte tan solo...!

 

(Youilovina reposa la pluma de faisán sobre la mesa escritorio)

 

YOUILOVINA: ¡Bien!, creo que con esto es suficiente...no hay porqué en un principio abrirse más, pero debo decirle cual es mi intención...

 

(Youilovina vuelve a coger  la pluma de faisán entre sus dedos y continúa en voz  alzada escribiendo)

 

YOUILOVINA: "Daré orden para que esta carta se deslice por debajo de la puerta, y al tercer día de leerla espera a medianoche, pues he de ir a visitarte. Sin más palabras que añadir a las presentes se despide alguien que quiere dar una oportunidad a la amistad y el amor."

                   Youilovina.

 

 
(Cerca de la estancia de Youilovina en el patio interior está Conciliabilis el embajador de la guerra y paz del reino de Fontipanerika que la espía)

 

CONCILIABILIS : ¡Bien!, desde que le dije que dudaba de las buenas intenciones de su tío el rey, Youilovina, ni se digna a saludarme cuando me ve, pero...ahora...,¿qué veo yo allí?...;ya veo...,uno de los guardas en el corredor ...,¡lo llamaré!...

 

(Imita Concilia bilis silbando el sonido de un caracol)

 

REMULIN (Confundiendo la voz con la de un búho): Pero... ¿qué oigo yo?... ¿qué extraño búho hay allí en el patio?..., me acercaré  a ver que ocurre...

 

(Entra Remulin en el patio interior)

 

CONCILIABILIS: ¡Haced aquí acto de presencia delante de mí!

 
REMULIN: ¡El búho!

 

CONCILIABILIS: ¡No!..., ¡el embajador!

 

REMULIN: ¡Oh...su excelencia el embajador!

 

CONCILIABILIS: En cuerpo y alma...

 

REMULIN: Y así el destino y Dios que le deparen muchos años y alegrías

 

CONCILIABILIS: ¡Acérate!

 

REMULIN: ¡En ello ya estoy!

 

CONCILIABILIS: Pero..., ¡decidme!..., que órdenes os daba Youilovina..., ¿Qué está tramando?

 

REMULIN: Eso yo no lo puedo decir..., primero me debo al rey..., y luego a ella

 

CONCILIABILIS: ¡Eso creo que tiene fácil solución!

 

(Rodea con el brazo izquierdo el cuello de Remulin  y con el derecho saca un puñal)

 

REMULIN: Pero..., ¡no!..., ¡dejadme!... ¡soltadme!

 
CONCILIABILIS: Confiesa todo lo que tengas que decir de esta cuestión o muere bajo el filo de la fría hoja de esta daga que ahora se posó en tu cuello.

 
REMULIN: Pero... ¿estáis locos?

 
CONCILIABILIS: ¡Muere entonces!

 
REMULIN: ¡No!...¡de acuerdo!...,se dispone..., a entregarle una carta... en secreto... al planchador de... camisas

 
CONCILIABILIS: ¡Lo que me imaginaba!...poco discreta es Youilovina en confiar tanto del silencio de los y las demás, pero... ¿Cuando es que se van a ver?

 
REMULIN: Eso no lo sé..., luego..., al escribir la carta..., la tinta se cayó...,  y es secreto que guarda la carta o algo que no se sabe si se producirá

 

(Conciliabilis, el embajador, separa el brazo izquierdo del cuello de Remulin, baja el puñal y lo guarda. )

 

CONCILIABILIS: ¡Bien!..., supongo que será cierto. No digas nada a Youilovina de este encuentro entre tú y yo e infórmame de cuando va a ser el que se producirá entre ella y él. Si no haces lo que te estoy ordenando será peor para ti, para ella y  Olmo, pues en estos asuntos no dispone de la buena consideración del rey hacia tales inclinaciones. Yo soy hombre y tengo cierto poder. ¡Retírate!

 

 

                                            FIN

 
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