ACTO I
ESCENA IV
(Torre del homenaje del castillo del conde de Panerikafonti. Salón
oficial. Están Usurbina, hija del conde y Escarpín, conde de Panerikafonti)
USURBINA: Ya sé que una
mujer como yo en estos tiempos que vivimos es tradición que sea obligada a
casarse muy a su pesar, pero mi disposición y voluntad no va por ese camino...
ESCARPÍN: Tu disposición
y voluntad, mí querida hija será convenientemente domesticada cuando entiendas
que no tienes otra salida. Las mujeres de hoy en día no tienen otra salida y
deben doblegarse a las tradiciones que traen por efecto la supervivencia para
ellas. Deberías saberlo bien
USURBINA: Pero yo no
siento estima hacia Palantrix. ¿Es que no vas a tener en cuenta mi voluntad?
ESCARPÍN: Tu disposición
y voluntad, como ya te dije, mi querida hija, será convenientemente
domesticada. Es un marido ideal.
USURBINA: Para ti...,
será eso...
ESCARPÍN: Para mi no, yo
no me caso, de hecho solo estoy casado con el deber que se otorga a mi
voluntad. Debes comprender que yo a ti te quiero y deseo lo mejor para ti,
aunque tú no estés de acuerdo conmigo. Este condado pronto dejará de pertenecer
al reino, y debemos de estar preparados para las convenientes alianzas.
USURBINA: Ya, y usáis a
nosotras las mujeres para tales menesteres...
ESCARPÍN: ¡Tienes una
lengua muy afilada!,..., ¡mira!..., sabes bien que no hay otra salida..., ¡las
cosas son así!...
USURBINA: Pero bien puede
ser con alguien al que yo tenga más inclinación.
ESCARPÍN: Acaso..., te acabo de decir que este condado pronto
dejará de...
ESCARPÍN: ¡Basta!, ahora
no..., ahora no necesito del prólogo adulador; a veces se necesitan y a veces
no..., ¡y tu bien deberías saberlo!... ¡está bien!... ¡retírate y que pasen!
(Sale el mayordomo)
ESCARPÍN: Y ahora hija
mía, sé educada. En realidad no conoces a este marquesado, un marquesado que
vendrá bien para las aspiraciones del condado, y añado también que lo cierto es
que pocas oportunidades le dio tu voluntad a ese joven, pues apenas lo
conocéis. Es un joven divertido y alegre e ingenioso, que escapa a lo que se
entiende hoy en día por señorito. ¡Ten paciencia y verás!.
USURBINA: Sea pues por el
respeto que una hija le debe al padre que...
ESCARPÍN: ¡Sea por eso
entonces!
ESCARPÍN: ¡Bienvenido
seas Palantrio, a mi morada, os estábamos esperando con ilusión
USURBINA: Mal empezamos
si ni siquiera a mi me saluda...
ESCARPÍN: Pero... ¿será
posible?, ¿cómo puedes ser tan descarada?, ¡otro padre y te cerraría con llave
la alcoba!...¡Perdonadla...!,es que tuvo una mala noche...,pero...¡permitidme que os deleite con un magnífico hidromiel del
fundamento de las exquisitas mezclas de tan interesantes fluidos. ¡Y bienvenido
seas tú también, Palantrix!.
(Suena el cencerro. Entra
el mayordomo)
MAYORDOMO: ¿Qué desea su
señoría?
ESCARPÍN : ¡Traed
hidromiel!
(Sale el mayordomo)
USURBINA: Pues la verdad,
no entiendo que quieres decir con eso, ibas bien al principio aunque fuese nido
de simple parloteo, pero fue bonito, y lo bonito siempre quiere decir algo,
pero cortaste con el filo e hiciste un confuso final ¿Qué significa que entienda que
es tu padre, pues eso ya lo sé...; y a mi como me gusta que las cosas sean concretas,
precisas y claras como el agua que fluye en el hidromiel del que hablaba mi
padre, pues eso...
( Golpes en la puerta
Tres puñetazos. Suena un cencerro por respuesta. Entra el mayordomo)
MAYORDOMO: ¡el hidromiel,
su excelencia!. ¡Para lo que usted mande, su excelencia!..., y con el debido
respeto y devoción que debo a su persona, decir que es un honor servirle a
usted en el oficio de tan deleitable honor y honra. Y sepa usted que aparte de
esto tiene aquí un amigo y una mano tendida para el consuelo de las horas
afligidas que pudieran venirle a su excelencia.
ESCARPÍN : ¡Bien!, ¡de
acuerdo!, ¡ahora has acertado!, ahora si era el momento, pero...,¡retírate
ya!,¿a que esperas?
(Sale el mayordomo)
PALANTRIO : ¡Bueno!, de
lo que no hay que dudar es que tiene cierto ingenio...
ESCARPÍN : ¿Ingenio?...,
¡es una descarada y desagradecida!. ¡Disculpadla!, pero todo esto no quiere
decir nada, siempre fue ella muy fantasiosa...¡Bien, disfruten de la bebida!.
Puedes retirarte, mayordomo.
PALANTRIX: ¡Usurbina!,
¡verás!, ¡escucha esto!, yo lo compuse..., lo llevo dentro de mí y ahora mi
corazón golpea con fuerza y sale:
“¡Escuchad, habla Andrómeda
Por medio de Casiopea!
¡Miradla!, otra vez se puso
Tan hermosa para que cabalguemos
Junto a ella
Y mientras, apaciguadamente
Sugerente el lino de la equidad
Se vela en nuestros ojos.
Algún día si, algún día será,
¡Que bonito será alguna vez un nuevo día,
Un nuevo amanecer”
ESCARPÍN : ¡Ahí queda eso!, ja,ja,ja...¡Ahí queda eso!...si esta chica, mi querida hija, no se enamoró ya al momento por este flechazo de Cupido yo ya no sé que decir de este mundo.¡Que!...¡eh?...¡que dices ahora!
USURBINA: ¡Bah!
ESCARPÍN : ¿ va?
USURBINA: ¡No!...¡bah!
ESCARPÍN : Pero, ¿es que acaso no estas bien de la cabeza?. Bueno, pues nada, ¡se acabó mi paciencia!. ¡Te casas con él y ya está!
PALANTRIX: ¡No!, ¡por favor!,así tan poco quiero yo!.
PALANTRIO : Per...bueno...la verdad, ¡yo ya no entiendo a esta juventud!, ¡tú te casas con ella!
USURBINA: Quiero decir que no está mal, pero que no solo por ello va una mujer como yo a rendirse a los pies de un hombre. De todas maneras ha despertado en mí cierta inquietud...¡quien sabe!...,además...hay cierta decencia...quizás...
ESCARPÍN : ¡Mejor!, esto es otra cosa, parece que mi hija va recobrando la razón. Si es que en el fondo es una buena mujer, la criatura, con un carácter fuerte pero es adorable-
USURBINA: Con lo que acabo de decir no sellé nada...
PALANTRIO : ¡ Sellarás!, sellareis tu y mi hijo. Bebamos el hidromiel en un brindis por los nuevos tiempos y las nuevas alianzas!
( Golpes en la puerta Tres puñetazos. Suena un cencerro por respuesta. Entra el mayordomo)
MAYORDOMO: ¡Su excelencia!, los asesores militares han vuelto de campaña.
ESCARPÍN : ¿Cómo?, ¡han llegado antes de tiempo!, disculpadme, pero debo ir al encuentro.
PALANTRIO: No se preocupe su excelencia, que lo que aquí tratamos tiene otros tiempos también, nosotros nos retiramos.
USURBINA: Yo me retiro también
ESCARPÍN : Sea entonces, y ánimo a todo el marquesado
(Salen Usurbina, Palantrio y Palantrix)
ESCARPÍN : ¡Haced que entre el asesor militar mayor, Vignoverilo!
MAYORDOMO: ¡Sí!, su excelencia
(Sale Mayordomo. Entra Vignoverilo, el asesor militar mayor del conde de Panerikafonti Escarpín)
ESCARPÍN : ¡Y bien!
VIGNOVERILO: Su excelencia, todo va bien, los cuervos progresan, se están haciendo con parte del territorio.
ESCARPÍN : ¡Bien!, debemos sobre todo máxima discreción. No quiero bajo ningún modo que nadie se entere de donde viene el asunto. De momento bien vale. Ahora con esto me llega. Ya me darás mañana más detalles. ¡Retírate!
FIN