sábado, 7 de septiembre de 2013

FANTASIA DE CORTE Y NOBLEZA (ACTO II;ESCENA III)



                                              ACTO II
                         ESCENA III
 
(Castillo de Causto Lígito, rey de Fontipanerika. Aposentos del rey. Está Causto Lígito  durmiendo)

 

 
CAUSTO LÍGITO: (Hablando en sueños): ¡Mougadiviche!, ¿dónde estás? ¿Porqué me abrasas con tu fuego de amor  para luego partir y tener esta sensación de no poder vivir sin estar a tu lado?, .Verme atrapado  día tras noche, siempre en mi interior. Tengo miedo..., ¡y mucha sed!...

 

(Suena la campanilla real)

 

 
CAUSTO LÍGITO: ...Y un viento cual brisa ligera que a veces pasa como un amigo redentor que me apacigua de lo tan torpe que he sido .¡Ahora te veo! Y por haber sido elegido por tu rayo benefactor de sublime amor se nubla mi campo cromático. Fuiste la  causa que provocó en mí  esta transformación. Pero... ¿dónde estás?... ¡ya no te veo!... ¡oh, dolor, que aprietas con fuerza!...pero...necesito...¡oh!...¡estoy solo!..., tendido en la cama sin ningún consuelo... ¿Porqué sudo tanto?...

 

(Entra Guarda real)

 

GUARDA REAL: ¿Deseaba su majestad?; pero... ¡oh!...

 

CAUSTO LÍGITO: (mirando enfermizamente al guarda real): ¡no!... ¡estoy cerca de ti!..., ¡no estoy solo! Ahora te vuelvo a ver...,

 

GUARDA REAL: ¿A mi?..., esto...,

 

CAUSTO LÍGITO: Antes tenía miedo de perderte..., solo era eso... ¡estás a mi lado! ¡Háblame!

 

GUARDA REAL (Aparte):  Creo que no es a mí a quien va dirigido, ¡naturalmente que no es a mí...!, pero como es un rey amante de las artes variables...

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Mougadiviche!

 

GUARDA REAL: (Aparte): ¡El rey está delirando de nuevo de amor!, ¡pobrecito nuestro rey!

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Mougadiviche!, ¡por favor!..., ¡dime algo! ¡Repúdiame si quieres!..., pero... ¡necesito oír tu voz! ; tú sabes bien que yo sin ti no soy nada.

 

GUARDA REAL: Su majestad, permítame que le de un vaso de agua y le suba la cabeza para...

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Mougadiviche!..., ¡oh, mi amor!...algo ocurre muy extraño, alguien está hablando de que me quieren cortar el pescuezo... ¡ya llegaron quienes quieren acabar conmigo! Apiádate de mi, sé compasiva... ¡dime algo!!...¡Oh, dolor, que aprietas con fuerza!...

 

GUARDA REAL: ¡Su majestad!.... ¡está usted delirando!

 

CAUSTO LÍGITO: Yo ya no puedo vivir sin ti, yo..., yo no quería llegar a ser un rey que fuese esclavo del amor...

 

GUARDA REAL (Aparte): Este rey me parece a mí que lo que necesita es un médico para que vea si se ha calentado demasiado su temperatura corporal

 

CAUSTO LÍGITO: Pero ,¡tú!..., tú vienes por las noches y permaneces de modo tan natural al lado de mí..., sonríes y me das la mano con tanta delicadeza,

 

GUARDA REAL: Pero..., ¡qué cosas más curiosas dice un rey cundo está débil! ¿Ocurrirá así con todas las reinas y reyes cuando se ven vencidos?

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Mundo cruel!, ¡Arráncame este dardo envenenado que envió Cupido!

 

GUARDA REAL: ¡Vaya!... ¿de quien hablará ahora?..., ¡es interesante todo esto!, pero debo avisar a los demás, no vaya a ser que este rey aquí y en esta hora se muera estando yo a solas con él y me acusen a mi de algo...

 

(Sale el guarda real)

 

CAUSTO LÍGITO: Oigo una puerta que se cierra, ¡ya no te veo!..., ¡estoy solo otra vez!..., ¡tengo frío y calor al mismo tiempo!

 

(Entra un médico y el guarda real)

 

MEDICO REAL (Entrando): ¿Avisasteis ya a la sobrina del rey?

 

GUARDA REAL (Ya dentro) : La verdad es que...., no sabemos donde está. Pero..., iré a buscarla personalmente.

 

MEDICO REAL: ¡Pues hacedlo!, en estos casos el paciente necesita una mano femenina de consuelo

 

GUARDA REAL (Aparte): Nadie sabe donde está excepto yo. Iré a avisarla con cautela...

 

(Sale el guarda real)

 

 
MEDICO REAL: Le voy a tomar el pulso, su majestad. Está usted muy pálido. Una bajada de tensión seguramente. Ya le he dicho a usted que come muy poco.

 

CAUSTO LÍGITO: ¿Quién es usted?,..., esta sombra abultada..., ¿viene acaso..., viene acaso a comprobar si a mi cabeza..., si a mi cabeza le queda algún punto de unión con el resto de mi cuerpo?

 

MEDICO REAL: Debería siendo así de cuidar más estos detalles y hacer una dieta más equilibrada. ¡Necesita usted más verduras y más campo!. Verá como luego de esta medicina producto de la alta escuela de la fermentación y madurez, nacida de la alquimia..., ¡verá usted!...su majestad, como se pondrá mejor.

 

(Aposentos del embajador de la guerra y la paz Conciliabilis.Están Conciliabilis y Youilovina,sobrina del rey)

 

CONCILIABILIS: ¡Hoy es el día más feliz de mi vida!, por fin tú y yo aquí. La vida sonríe en el momento en que uno creía que a él ya no le sonreiría.

 

YOUILOVINA: Difícil es a veces precisar si es amor o solo deseo voluptuoso el fuego que arde en el interior de la montaña.

 

CONCILIABILIS: Dos montañas, dos hogueras, dos volcanes, un otoño y una primavera.

 

YOUILOVINA: Anida el amor también en las cumbres más altas aunque estas estén más deshabitadas. El juego de nuestros cuerpos al unirse en el sensual placer purifica también nuestras almas, pues se acaba el deseo y empieza la acción amorosa

 

CONCILIABILIS: Es un decir entonces que tu también me amas como yo a ti.

 

YOUILOVINA: El amor es universal y la pasión sus adormideras

 

CONCILIABILIS: ¡Esclavas y esclavos del deseo!

 

YOUILOVINA: Tu cuerpo sabe como a néctar de limón

 

CONCILIABILIS: Y el tuyo como la frambuesa. Pero... ¿recuerdas la otra tarde en el patio exterior cuando volaban las palomas alrededor?

 

YOUILOVINA: ¡Sí!...esa fue la señal

 

CONCILIABILIS: ¿Señal?..., yo luego me di cuenta de que... ¡oh!...pero..., hay algo que no entiendo...pero... ¡Ahora lo veo! No volaban alrededor nuestra por su capricho, sino que tu... ¡ahora lo veo claro!..., ¡tú las amaestraste!..., y yo que creí ,ingenuo, que ellas comprendían que allí donde ellas estaban, es decir..., alrededor de nuestras cabezas...

 

YOUILOVINA: Tienes tú mucha imaginación...

 

CONCILIABILIS: ¿Acaso no?




(Suenan tres golpes discretos en la puerta)

 

 

YOUILOVINA: ¡oh!... ¡es la señal!

 

CONCILIABILIS: ¡Nos han cogido! El rey me rebanará el cuello

 

YOUILOVINA: Pero... ¿tan mal piensas del rey?

 

CONCILIABILIS: ¡Es un rey!

 

YOUILOVINA: ¡Vistámonos!..., esto que acabas de decir no me gusta nada. Debes recordar que yo soy el brazo derecho y parte del cerebro del rey, y que aunque mi piel se haya unido a la tuya tengo yo dudas de tu fidelidad a la corona, una corona dicho sea de paso que muy pronto dejará de serlo. La intención de nuestro rey y la mía es libertar al pueblo...

 

CONCILIABILIS: En fin..., esto último decírselo al pueblo, pero a mi no me engañáis...

 

YOUILOVINA: ¡Así que esas tenemos!..., ¡ya hablaremos tu y yo!

 

 

(Vuelven a sonar tres golpes discretos en la puerta)

 

 

YOUILOVINA: ¡Ya estoy lista!... ¡pasad con sigilo!

 

(Entra Guarda real)

 

GUARDA REAL: Perdóneme, señorita Youilovina, pero el rey se halla indispuesto y creí conveniente avisarla a usted.

 

YOUILOVINA: ¿Indispuesto?

 

GUARDA REAL: Hablaba solo

 

CONCILIABILIS: Pero guarda, deberías saber que las y los reyes hablan solos y solas también. Les va en el puesto...

 

GUARDA REAL: Este rey estaba durmiendo y de su cuerpo se desprendía un sudor frío y convulsiones.

 

CONCILIABILIS: ¡Dios mío!..., ¡haber empezado por ahí!

 

YOUILOVINA: ¡Voy en seguida!

 

CONCILIABILIS: ¿Quieres que te acompañe?

 

YOUILOVINA: ¿Tú?..., ¿y para qué? Ya hablaremos tú y yo..., pero ahora lo importante es la salud del rey

 

(Salen Youilovina y el guardia real)

 

 

(Aposentos del rey. Causto Lígito y el médico real)

 

 

MEDICO REAL: ¡Bien!...parece que vas recobrando color...

 

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Ella me llamaba!,...sí, doctor...fue como un pinchazo muy fuerte en el pecho. Cuando se estaba despidiendo me hacía señas de que fuera con ella...

 

MEDICO REAL: ¡Tranquilícese!, ya pasó todo, ha tenido usted una bajada de tensión unida a su ansiedad desmedida por tales cuestiones amorosas...

 

CAUSTO LÍGITO: Intenté levantarme y avanzar y creí ver a quienes contra mi conspiraban. ¡Verá doctor!, es como si viese el callejón sin salida del amor para posteriormente encontrarme con el mismísimo túnel de la muerte.

 

MEDICO REAL: Pero...,¡qué cosas más curiosas!, mas..., ¡no se preocupe tanto hombre!,¡no se preocupe tanto por estas cosas del amor!¡Verá usted!...,¡Haga como yo!, viudo desde hace diez años y sin ser tan viejo ninguna mujer y feliz como una rosa...,claro que...¡ usted es rey!, y de los reyes y reinas se puede pensar cualquier cosa...

 

CAUSTO LÍGITO: Usted solo es un médico y los médicos no entienden de estas cosas. Pero...¿Dónde está mi sobrina?, necesito de su mano para...

 

(Suenan dos golpes en la puerta. Entra el guardia real)

 

GUARDIA REAL: ¡Su querida excelencia!, su sobrina ha venido a verla..., ¿la hago pasar?

 

CAUSTO LÍGITO: Pues claro... ¡Idiota!

 

GUARDIA REAL: ¡Para lo que usted mande!

 

 

(Sale el guarda real)

 

 

MEDICO REAL: No le convienen estos excesos...

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Verá usted!, yo mismo me arrepiento luego. Conocido es que trato bien a mis siervas y mis siervos, pero es que cuando me encuentro mal parece como si todo se viniese abajo y la labor satisfactoria acumulada después de muchos días, meses y años de trabajo parece venirse abajo en una milésima dentro de un segundo correspondiente a su minutero envuelto en una linda cajita que conmemora el espacio de una hora.

 

MEDICO REAL: Bien, así es...mucho mejor, ¡recobrando el espíritu emancipador!

 

(Entra Youilovina)

 

YOUILOVINA: ¡Oh!, ¡querido tío mío!, rey de reyes..., pero.... ¿qué es lo que te ha ocurrido?

 

 

MEDICO REAL: ¡El amor, la ansiedad y no cuidarse bien físicamente!

 

CAUSTO LÍGITO: ¡Oh!, mi queridísima sobrina, que placer volver a verte. Pero.., ¡ven y siéntate al lado mía y acaricia mi mano!

 

YOUILOVINA: ¡Debes de dejar de pensar en ella y cuidarte más!

 

MEDICO REAL: Así se lo he hecho saber. Le conviene también la vida en la montaña, en el campo y alimentarse mejor.

 

 

 

                                             FIN