domingo, 27 de octubre de 2013

AVENTURAS MITOLOGICAS CLANDESTINAS. CAPÍTULO III: EL DIOS FORMOI Y LOS PERROS DE BALLIULKA




CAPÍTULO III EL DIOS FORMOI Y LOS PERROS DE BALLIULKA

 

Lo primero que pudieron comprobar tanto Jonás como Hemérito VI a medida que se aproximaban hacia la isla que tenían más cercana es que ese pequeño pedazo de tierra que parecía flotar no estaba deshabitado. El sonido era ensordecedor. Entraban por la parte noroccidental de la isla, por una pequeña cala que estaba plagada de perros grandes como el doble de dos mastines, con cabeza que parecía la de un león y que no paraban de ladrar, venga una vez y otra tras otra. Estaban ya a tan solo una media milla romana de la tierra, es decir, a unos setecientos cincuenta pasos antiguos más o menos. Era la hora del mediodía de un día soleado, cuando el sol golpea con fuerza en un día despejado

 
-Bien, no nos debemos dejar llevar por el nerviosismo, daremos la vuelta a la isla-decía Hemérito VI a Jonás, estando ya tan cerca de la isla-

 
-¡Como no sea nadando!, este barco ya no puede más, de hecho debemos de abandonarlo, ¡mira hacia popa, Hemérito!, entre la sobrequilla y el codaste presenta una abertura, el agua está entrando de repente a toda prisa, ¡en breve nos hundiremos del todo!

 
-¡Pues a nadar sea entonces, Jonás!

 
-¿Y echarnos al agua en estas latitudes donde lo desconocido puede ser mortuorio?, ¡no!, rememos en dirección a la orilla hasta donde podamos.

 
No es culpa de Jonás, pues en la vida nos enseñan ahora igual que antes que hay que temer de lo desconocido. Sigamos pues con la conversación que tuvieron tan singulares personajes.

 
-¡Esas bestias son terroríficas!- replicaba así Hemérito VI a Jonás-

 
-No lo sé, pero debemos explorar, a mi más bien me parecen pacíficas, y por su fisonomía se asemejan a los perros de Balliulka

 
-¿Tu crees, Jonás?, de todas formas saber que son ellos dichos perros en nada consuela

 
¡Ah!, los perros de Balliulka. Así nos cuentan Jonás y Hrmérito acerca de estos animales que eran guardianes del antiguo templo del Dios Formoi. Pero si era cierto como decía Jonás que eran esos los perros de Balliulka cabe entonces hacerse una pregunta, ¿qué hacían en la isla los perros de Balliulka?

 
El Dios Formoi, quien protegía los espíritus de los muertos y las muertas, y tenía santuario allá en el lago de Oximbal , en la villa de  Balliulka, en el actual estado de Digamndia en el golfo de Bardenia; y así mismo que era protegido por estos singulares guardianes del templo que no paraban de ladrar cuando algo les incomodaba, según nos cuentan los libros, y así mismos las gentes del lugar, pues  por cualquier respuesta requerida por las gentes foráneas del por qué de esos perros, señalizaban las y los lugareños unos viejos pergaminos escritos en unos códigos indescifrables para quien así , y viniendo de fuera, visitaba el santuario con la intención de suplicar al Dios Formoi por el alma del ser querido. Se mostraban inofensivos aunque no dejasen de ladrar. En la antesala del descansar después de la vida terrenal se situaban, y si la o el visitante con su imaginación supiese descifrar el código secreto impreso en el papiro, ¡entonces sí!, entonces dejarían de importunar y de ladrar hacia la persona en cuestión. Los perros de Balliulka y el templo de Balliulka en veneración al Dios Formoi...,  y también a otras dioses y diosas menores, que al igual que Formoi protegían los espíritus de las muertas y los muertos, pero en estos casos no eran personas las vidas de las almas sucumbidas. Así era el caso de la Diosa Tifí con la veneración hacia los difuntos saltamontes, el Dios Rnati para con  las salamandras o el Dios Pata, el dios de los escarabajos. Era y es el  templo de Balliulka una enorme mole artística y arquitectónicamente hablando muy interesante; con una policromía en sus detalles interiores espectacular. Es esto así que se deja ver tal condición en los frisos enormes de elefantes, mezclados con figuras fálicas y semillas de múltiples colores colgando de árboles con formas humanas sensuales en sus trazos amatorios, representaciones de la vida anterior de seres convertidos ahora en espíritus de diferente condición social, que figuran estampados después de que la carne se pudriera y solo quedara el alma.

 
Fue hecho el templo sobre una excavación con tendencia vertical y orientada en el sentido de la trayectoria solar, es decir, de Este a Oeste. Por la parte externa del templo las paredes del santuario presentan  innumerables estatuas que representan los diferentes avatares encarnaciones terrestres de las diosas y dioses allí venerados y veneradas. El santuario, aparte de lo ya comentado por su singularidad ofrece otro elemento descomunal que es una torre adosada en el extremo izquierdo de su plano frontal, una torre que se eleva hasta los veinte y siete metros de altura, ¡ni más ni menos!. Cuando el turista llega a la villa de Balliulka y se aproxima al lago de Oximbal , si se detiene en el cerro de Parimbima que está a tan solo kilómetro y medio del templo puede observar que ,debido al efecto óptico originado por la luz que atraviesa seductora e inflamante las distintas capas de aire, da la sensación al conjunto final como si flotase sobre el lago, lago que se dispone horizontal con respecto al monumento sagrado. Un templo exquisito y poli cromático, que recuerda a esos templos propios del hinduismo con varios recintos que protegen a las almas más cargadas de fervor meditativo. Esparcidas por el suelo aparecen las semillas que se dispersan a modo de ofrendas con las que venerar y alimentar el orgullo de las divinidades: flores dispuestas en guirnaldas o sueltas en su uso de la libertad, frutos abiertos con aromas penetrantes, poemas escritos en lenguas incomprensibles y otros descifrables pero inacabados, pañuelos de seda sin ser usados jamás, anillos de plata con incrustaciones de alabastro, monedas de oro con acuñaciones de diferentes imperio y de brillo abrasador, o coronas de laureles y espigas de trigo a modo de collares son, entre otras cosas, las múltiples ofrendas que se dispensan por las y los visitantes del santuario dedicado principalmernte al Dios Formoi, que protege los espíritus de las y los humanos muertos, pero también a la Diosa Tifí que protege los espíritus de los  saltamontes, el Dios Rnati que protege los espíritus de las salamandras o el Dios Pata que protege los espíritus de los escarabajos entre otras y otros. El  recinto central del templo es el núcleo principal y se dispone circularmente. Está dedicado por completo a Formoi. Se halla dicho recinto rodeado de una gran balaustrada circular de mármol, y subido en su parte interior a un pedestal doble colocada se halla tal divinidad; un pedestal que está adornado con relieves de serpientes que luchan y se entrecruzan entre sí. Así pues, ya sabemos algo, aunque muy poco la verdad sea dicha de los perros de Balliulka. Hay otro hecho que concierne a estos perros que llegados a este punto creo que es conveniente destacar. Los perros de Balliulka una noche escaparon del templo, hartos de ser perros que solo vigilasen la figura fosilizada de un Dios; esto es lo que así se cuenta en los libros sagrados y mitológicos referentes al Dios Formoi y el templo donde se le venera, en la villa de Digamndia en el golfo de Bardenia. Bien puede valer ahora, pienso yo, para continuar así y de nuevo con la conversación que mantuvieran Jonás y Hemérito VI cuando se encontraban con la disyuntiva de si entrar a la isla por su parte más noroccidental, donde se encontraban los perros, o explorar la isla rodeándola, aunque esto se tuviese que hacer nadando.

 
-Si como dices son los perros de Balliulka –decía Hemérito mientras ambos remaban con fuerza y desesperación, pues el agua se iba acumulando dentro de la pequeña barca cada vez más y más- , si ello es así, pues resulta que el peligro no deja de existir, ya que ninguno de los dos sabemos descifrar el código secreto para apaciguar a los perros.

 
-Pues igual te confundes-decía ahora Jonás cesando ya de remar, pues era cosa inútil, por el hecho de que casi les llegaba el agua hasta la cintura-, además, ¡todo esto es estúpido, debemos de tirarnos al agua!

 
- ¿Sabes descifrar el código?

 
-Piensa una cosa..., -volvía a hablar Jonás mientras el barco estaba ya hundiéndose y ambos flotaban sujetos al esqueleto del navío- ¿para qué hace falta descifrar el código si no hay templo, pues sabido es que los perros de Balliukla de allí se escaparon?

 
-Eso de que de allí se escaparon se hace evidente ya no solo en las escrituras,  y desde hoy más aún por haberlos hallado si estos son los perros, pero no deja de existir la duda de si ahora guardan otro templo-replicaba Hemérito VI-

 
-En cualquier caso es una duda de tal belleza y magnitud que maravilloso será despejarla, ¡Vayamos pues, nademos hasta allí!

 
-Nademos pues, pues otra cosa no podemos hacer y despejemos entonces la duda, ¡me has convencido!

 
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