ACTO III
ESCENA VI
(Valle de la encrucijada, a unas cincuenta leguas del castillo del rey de Fontipanerika. Están dentro de una tienda de campaña Escarpín conde de Panerikafonti y Corax)
ESCARPÍN: Así que la
vieron pero no pudieron retenerla... Por lo que se lee en el mensaje eran los
nuestros un pequeño grupo de reconocimiento de cinco o seis cabezas y ellas y
ellos quintuplicaban o más en fuerzas. Vieron nuestra posición y los nuestros tuvieron
que huir. Dice así mismo el mensaje que iba ella con un grupo numeroso de
bandidas y bandidos, renegadas y renegados apátridas del camino y que se
dirigían a la Colina
de las Ánimas Salteadoras, a tres leguas del castillo de Causto Lígito....,¡idiotas!...,esto
es lo que digo yo, ¡cobardes!...,pero...sigue el mensaje...,sigue el mensaje
diciendo que esperaron a las tropas de refuerzo y al subir a la colina la
registraron palmo a palmo y dieron con un grupo de bandoleras y bandoleros que
afirmaban no saber nada de mi hija, y que al mismo tiempo que esto decían otros
bandoleros y bandoleras que permanecían en las copas de los árboles les
tendieron una emboscada. Que fue feroz la lucha y aciaga nuestra victoria.
¡Ya!, ¡aciaga...!, aciaga..., ¡nuestra victoria!; como si un grupo..., como si
un ramillete de bandoleras y bandoleros fuese rival para toda una legión de
guerreros..., ¡idiotas! Si es que no tiene desperdicio esto que está aquí
impreso, estas letras que sujeto con mis manos. Así que mi hija Usurbina con
bandoleros y bandoleras... ¡Idiotas! Pero sigue la cosa para luego advertirnos
de que por medio de la tortura una de ellas habló, y dice luego que fue
escoltada por otras dos mujeres bandoleras de gran valentía y arrojo para así
llegar hasta el castillo. O sea, y como resultado que mi hija llegó hasta el
castillo del rey de Fontipanerika y mis guerreros no cumplieron con la misión
CORAX: ¡Sí!, ese parece
el resultado
ESCARPÍN: ¿Es todo lo que
tienes que decir, es todo lo que tiene que decir la magnánima figura de un general al mando de
cinco legiones? En fin, sea como fuere, el final de esta batalla no llegó pero
la cosa esta ya no tiene remedio.
CORAX: Ya no tiene
remedio...
ESCARPÍN: Pero..., ¿por
qué repites lo que yo digo? ¿Te has convertido en un loro o un papagayo, o eres
acaso de inferior condición y aun andas por los árboles trepando como si fueses
un mono?
CORAX: Si todos fuésemos
monos igual no se necesitaba vivir lo que vivimos
ESCARPÍN: ¡Vaya!, pero
que cosas..., ¡qué ocurrencias! Pero digo yo..., ¿y qué más da eso si no somos
monos? En cierto modo..., ¡verás!, te diré que yo también fui mono..., esto...,
quiero decir..., te diré que yo también fui cuando era más joven filósofo, poeta
y un buen jugador de ajedrez, y la única de estas aficiones que conservo es la
última pues agudiza la conciencia estratégica mientras que las otras se ahogan
en sus propias necedades y desesperación.
CORAX: Yo soy militar, no
filósofo, pero puedo...
ESCARPÍN: ¡Ese maldito
Castoriux! En realidad yo creía que lo tenía amaestrado..., en fin, y al final
quien lo tenía..., al final quien lo tenía a amaestrado era mi hija, no yo. Si
es que lo cierto es que es este un complejo mundo donde las imprevisiones
sustituyen a las razones de la lógica
CORAX: Puedo opinar
también aunque filósofo no sea, es lo que quería decir
ESCARPÍN: ¡Ahora muerto
está por la mano de uno de sus antiguos camaradas de oficio!
CORAX: Ahora muerto está Castoriux,
cierto es, y las y los muertos ya nada pueden hacer si no se sacrificaron por
las y los demás o si por el contrario se aprovecharon de todas y todos hasta
esclavizar el cuerpo y la mente hasta la muerte, puedo opinar también aunque
filósofo no sea...
ESCARPÍN: Bien, lo que
ahora vamos a hacer es lo siguiente. Tú en cuanto llegue el ahora marqués de Kafontepaneri,
el que antes fuera hijo de Palantrio, el
señorito Palantrix...
CORAX: ¡El asesino de su
padre!, el antiguo señorito Palantrix
ESCARPÍN: Bueno, eso es
lo que se dice, pero eso da igual. Palantrix es más fiel que su padre a mis
deseos. El caso es que con la sexta legión comandada por el mismísimo Palantrix
irás hasta la Colina
de las Ánimas Salteadoras .Te espera allí la otra legión, la nuestra, ahora agrupada
y que antes se desplegaba en voz triunfal tras romper una y otra vez con las
fuerzas enemigas defensoras del castillo del rey. Toda una legión que no supo
encontrar a mi hija pero que se halla ya en esa colina, a tres leguas del
castillo del rey, allí donde murió el canalla de Castoriux. Una legión sin apenas oposición. Cuando tú llegues les darás
las debidas instrucciones para que rodeen el castillo.
CORAX: solo así de esas
dos maneras las y los muertos, si no se sacrificaron por las y los demás o si
por el contrario se aprovecharon de todas y todos hasta esclavizar el cuerpo y
la mente hasta la muerte, solo así se podrá dejar una huella en la historia que tal vez sea seguida su senda por otros y
otras que pretendan allanar caminos para su gloria o para las de las y los
demás.
ESCARPÍN: Irás con una
pequeña comitiva de heraldos con bandas blancas que determinan un pacífico
deseo.
CORAX: Y es que en verdad
que así es; yo puedo opinar también aunque filósofo no sea, es lo que quiero
decir y digo...
ESCARPÍN: Y dirás eso que
hay que decir: ¡rendiros o morir!
CORAX: Yo puedo opinar
también aunque filósofo..., pero..., una cosa..., ¿Y su hija?
ESCARPÍN: Muy a mi pesar
este mensaje también va por ella. He intentado retenerla antes de que llegara
al castillo, y si no quiere ponerse del lado de su padre ella sabrá lo que hace
CORAX: Y usted, entonces,
atacará el País de las Sirenas...
ESCARPÍN: Sí, con estas
tres legiones que vienen conmigo. El castillo está protegido, por fin, pues he
pintado todo de negro el condado y queda allá otra legión
(Castillo de Causto Lígito,
rey de Fontipanerika. Salón oficial. Están Youilovina, sobrina del rey y
Usurbina, hija de Escarpín, conde de Panerikafonti)
YOUILOVINA: Así que
vienes del condado de Panerikafonti y dices ser la hija de Escarpín
USURBINA: Lo soy, que es
diferente
YOUILOVINA: Sabido es que
Escarpín tiene una hija a la que no deja salir del condado de nombre Usurbina,
y así parece ser que eres tú, pues así se te ha reconocido como tal por el
sello que llevas en el cuello tatuado, todo un distintivo del condado impreso
en tu piel y el hecho de que te reconocieran así oficiales de la corte. Oí
hablar mucho de ti a mi tío el rey Causto Lígito como la hija de Escarpín que
quedó huérfana de madre y que era ella hija a su vez de un sultán, por tanto tu
abuelo, un sultán de la ahora pequeña república de
Tipanerikafon en las altas montañas de Gerbén, que lindan con el desierto Urlituamina
USURBINA: Y así es, esa
soy yo, la que aquí está ahora. Vengo del Castillo de mi padre luego de, y como
ya sabéis, alguna que otra aventura, entre ellas la de haber dado muerte con
mis propias manos agarrando espada cortante y decapitando a quien matara al
hombre a quien quería
YOUILOVINA: ¡Eso es algo
que te dignifica! Pero bien..., verás..., debo decirte algo importante. Pero
antes debo presentarte a Olmo, el planchador de camisas del rey.
OLMO: ¡Ese soy yo! ¡Todo
un placer para mí poder contemplar tanta belleza en un solo cuerpo!
USURBINA: ¡evidentemente que
sí!..., quiero decir..., evidentemente que tú tienes que ser quien dice
Youilovina y no hace falta que te reafirmes en tal condición, pues yo aquí solo
veo un varón. Así pues..., pues hola sea pues... Lo cierto es que no se entiende el hecho
de ese sufrimiento, ni mucho menos que este hecho sea comprensible solo por
estar acurrucado bajo el lecho protector de una tradición
OLMO: Pero..., verás..., ¡Por
fin ya soy libre!
YOUILOVINA: Así es,
Usurbina, pues debes saber que el rey, y debo decir que por medio del ejército
de palomas mensajeras que posee y con su
augusta firma y mandato hace saber que
esas tradiciones ya no tienen vigencia desde hace tres días en que nos llegó la
última carta desde el antiguo condado de Gumeriania
donde él está ahora, en el reino del País de las Sirenas. Y dice más cosas el
rey que...
USURBINA: ¿El reino del
País de las Sirenas?, pues..., la verdad es que suena bien eso, sí que bien
suena eso es cierto que sí
YOUILOVINA: ¡Más cosas
que debes saber!
USURBINA: ¡Pues házmelas ya saber!
YOUILOVINA: Lo cierto es
que tu madre aún vive todavía, y...
USURBINA: ¿Cómo?, pero...,
si mi madre era reina de la ahora pequeña república de Tipanerikafon en las
altas montañas de Gerbén, y que murió cuando yo...,
YOUILOVINA: ¡Sigue viva!
USURBINA: Y que murió cuando yo tenía..., y que murió cuando yo tenía solo un año; ella
se...llamaba..., de nombre..., pero, ¡no puedes ser lo que estás diciendo!
YOUILOVINA: Se llama
Mougadiviche y en verdad que así fue reina como tu dices, y ahora lo sigue
siendo, pero de otro reino muy diferente
USURBINA: Su nombre era..., ella se llamaba
Tiraluima, y así está escrito..., y así está escrito en los libros..., en los
registros..., así fue este hecho en la vida..., ¡no puede
ser!...,¡oh!...,pero...,¡tal vez puede ser!; nada me sorprende ya de mi padre...,
pero...
YOUILOVINA: Un reino de
este mundo que viene para hacer posible otro mundo se abre a nosotras y
nosotros como una antorcha libertaria
USURBINA: ¡Oh!, quiero yo
creerte pero no sé, de ser así es algo maravilloso que así fuese...
YOUILOVINA: Ella vive en
las montañas del Norte, donde antiguamente se situaba el condado de Gumeriania y que ahora es el reino del País de las Sirenas, y ella
es la reina. Causto Lígito, el rey de Fontipanerika, mi tío se hala ahora con
ella...
USURBINA (Aparte): ¡Mi
madre!, pero..., ¡qué hacer!, creer o no creer y no saber adonde una va
siquiera
YOUILOVINA: Esa base es
la que radica en el hecho de que estas son palabras que así transmite la propia
reina, tu mamá, y que nos llegan a través del rey y su ejército de palomas
mensajeras. Y dice más cosas el rey que...
USURBINA: ¿Y porqué no
está entonces ella aquí para bendecirme?
YOUILOVINA: ¡Oh!, verás...,
ella ahora tiene cosas muy importantes que hacer. Ella tiene que defender
primero su reino para así librarnos de
las acometidas de tu padre que pretende borrar de la faz de la tierra cualquier
señal de vida de aquellas montañas y valles que parecen reposar de su
desprendimiento de las nubes por sus
insinuantes y elevados perfiles encrespados, donde buen acomodo tienen diosas y
dioses que allí descansan.
USURBINA: Lo cierto es
que yo vine aquí guiada por el deseo de encontrar derecho de asilo en esta la
capital del reino de Fontipanerika y en este el castillo, del rey Causto Lígito, así que no
veo porqué debo ahora cambiar esta mi confianza depositada en vosotros y
vosotras antes que verme otra vez bajo la soga de la voz y mando de mi propio
padre. Deseo ir con ella entonces, con mi madre
YOUILOVINA: Pues con un
poco de suerte tus deseos se verán cumplidos, pues como digo, cierto es que
dice más cosas el rey que nos llegan a través de sus palomas mensajeras que
están entrelazadas entre yo y él...
USURBINA: Mi padre es aficionado a amaestrar
cuervos, halcones y otras aves de presa
YOUILOVINA: Cierto es,
todo esto lo sabemos ahora a través de tu madre y en boca y tinta impresa por mandato del rey; y así como te comento y por medio del ejército
de palomas mensajeras que posee estas letras llegan hasta nosotros y nosotras.
¡Que cosas tan maravillosas tiene la naturaleza y sus seres que se
complementan!, y así es que te digo que cierto es que dice más cosas el rey que
nos llegan a través de sus palomas mensajeras, aunque más que dichos son órdenes.
El rey manda que desalojemos el castillo y vayamos al reino del País de las
Sirenas
USURBINA: Pero..., eso...significa
la muerte de muchas víctimas inocentes..., ¡no puede ser!
OLMO: Yo no lo veo tan ilógico.
La capital del reino y este castillo están ya sitiados. El problema es salir de
aquí. Por un lado estamos secuestrados por oficiales de este castillo que
quieren saber que ocurrió realmente con Conciliabilis el embajador de la guerra
y paz, y por el otro lado, o mejor dicho alrededor nuestra están ya las fuerzas
de Escarpín.
YOUILOVINA: Habla el rey
de huir por un pasadizo secreto y que seas tú, olmo, quien dirijas la operación,
en compensación por todos los anteriores agravios.
OLMO: ¡Oh!, es un honor
para mí.
USURBINA: ¿Y quien es ese
Conciliabilis?, o mejor dicho, pues ya sé tal como dijiste que es el embajador
de la guerra y paz, ¿Qué le ocurrió?
YOUILOVINA: Para resumir
decirte que es un traidor al que tuvimos que matar, pero como aquí hay más
traidoras y traidores están ya pidiendo que la justicia, la justicia de ellos y
ellas caiga sobre nuestras cabezas.
USURBINA: ¡Difícil está
la cosa entonces!
YOUILOVINA: ¡Ya!, pero
por suerte no todas y todos los oficiales ni siervas y siervos de la corte que
viven en el castillo son traidoras y traidores. Ahora mismo hay una pequeña
guerra dentro del castillo, se están matando entre sí. Remulin es el único que
sabe donde está el pasadizo secreto. Es la persona, luego de mí, en la que más
confía Causto Lígito. Él y Olmo son los que nos guiarán para salir de aquí. Habrá
que tener cuidado en quien confiar y en quien no
OLMO: Yo de esas cosas sé,
tengo intuición, sabré decir, este es un traidor y esta no, llegaremos al
pasadizo y huiremos. Bien, y ahora para brindar por los nuevos tiempos que se
avecinan allá donde el reino del País de las Sirenas para todas y todos
nosotros se me ocurren estos versos:
“Me das una huella de tu ancha avenida?
¡Es tan pequeñita también tu puerta!
Y es que tengo una enorme cabañita
Para ti preparada en lo alto de mi montaña.”
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.