ACTO III
ESCENA IX
(Valle de la encrucijada,
a unas cincuenta leguas del castillo del rey de Fontipanerika. Están dentro de
una tienda de campaña Escarpín conde de Panerikafonti y Corax, general supremo
militar del condado de Panerikafonti,)
ESCARPÍN: Y bien, Corax,
así que el castillo y la capital del reino de Fontipanerika..., todo bien...,
¿no es así?
CORAX: ¡Efectivamente!
¡Se han rendido!, todo ha salido bien, ha habido bastantes bajas durante la
campaña “Castillo Vencido”, como es lógico adivinar, pero al final todo ha
salido bien
ESCARPÍN: ¿Y el castillo,
pintado está ya de negro?
CORAX: Todo de negro,
hasta los cocodrilos del foso también
ESCARPÍN: Hasta los
cocodrilos del foso también, ¡Qué bien! ¿Cortasteis las cabezas esas....?
CORAX: ¡Oh su ilustrísima!
¿Cómo no?, ¡por la fe de nuestro señor todopoderoso!, y es que..., en verdad no
podría ser de otra manera. Efectivamente cortamos las cabezas de algunos
campesinos cogidos al azar, mujeres también y niñas y niños, delante de todas y
todos quienes por allí viven para que así sirviesen de escarmiento. De ese modo
fueron sometidas y sometidos al...
ESCARPÍN: ¡Bien!, de
acuerdo, con eso ya vale...Excepto el agua a mares, ríos y en todos los otros
estilos, así como las montañas, campos de labrantío y ganado doméstico todo lo
demás debe ser pintado de negro. Pero..., así que algunas y algunos lograron
huir por un pasadizo secreto que parece mágico, tan mágico que sabiendo desde que
estancia del castillo estaba su boca no
se dio con él...
CORAX: Verá, la cuestión
no es exactamente así. Sí dieron luego con la entrada las y lo oficiales que se
rebelaron por mayoría contra el rey, aunque costó bastante tiempo dar con ella
y abrir la trampilla. El problema mayor estaba luego, pues tenía el sendero bifurcaciones
por todos los lados, primero unos veinte metros rectos en un paso estrecho,
luego una pequeña concavidad en el terreno de suelo todo él de losa, sin
posibilidad de huella alguna. De ahí partían otros seis distintos con otras
tres bifurcaciones cada uno que...
ESCARPÍN: ¡Ya!, y entre quienes
escaparon mi hija estaba con ellos y
ellas. ¡Bueno!, ahora da igual, ya no hay nada que hacer, por lo demás el caso
es que ese estúpido marqués hizo lo que yo esperaba, aunque el resultado fue
que murió
CORAX: ¡Ah!, ja, ja..., ¡estupenda
la jugada esa!, la verdad...permítame decirle..., ¡tiene usted un olfato
genial!
ESCARPÍN: ¿Olfato?
CORAX: Perdón..., ¡su
ilustrísima!, lo que quiero decir..., es que, lo que quiero decir es que es
usted muy inteligente sabiendo anticiparse a los deseos de la gente
ESCARPÍN: Saber
anticiparse, como supe, a los movimientos del neófito marqués Palantrix en ese
espacio y tiempo determinado no creo que fuera yo cosa tan difícil. Yo me di
perfectamente cuenta luego a última hora de tu partir de que el marqués te
intentaría sobornar para entrar él primero en el castillo.
CORAX: Pues a mi me
parece muy complicado saber anticiparse así en detalles tan concretos a las y
los demás.
ESCARPÍN: Era evidente
que Palantrix querría suplantar tu personalidad y entrar en el castillo como si
fuera un hombre de paz. Era él muy tradicional...Yo así le dejé pues vi en su
ambición un propósito inequívoco de querer rescatar a mi hija Usurbian y así una
posibilidad de traerla hacia nuestro territorio otra vez. ¡Pero la cosa salió
mal!
CORAX: No todo puede
salir bien en esta vida...
ESCARPÍN: Eso en tal caso
lo tengo que decir yo, querido Corax, tu figura y aspecto es casi como la de un
cuervo, tú te debes a mis designios y no debe haber lugar a la duda y el deber
cumplido. Peo..., bien, como ya sabes he cambiado los planes y he esperado tu
vuelta porque al final he decidido que lo mejor es que tú te vengas conmigo en
el ataque definitivo. Yo entraré hasta el mismísimo lago de los deseos, donde
gracias a Críspulo y Tirreno, oficiales del rey, sabemos que allí se encuentra
Mouadiviche. Si ella cae, si cae el lago, el reino, su reino y el principal
contrincante para mis deseos habrán lógicamente sucumbido, mis principales
enemigos y enemigas.
(Entran Cuervo uno y
Cuervo dos)
CUERVO 1: ¡Su
ilustrísima!, ya estamos aquí
ESCARPÍN: ¡Ah, bien!, por
vuestro aspecto se diría que estáis hambrientos. Cuervos sois, y domesticados
en el desierto para la batalla, donde el mismísimo Corax os adiestró.
CORAX: ¡Bien, fue todo un
placer!
CUERVO 2: ¡Corax es un
traidor!
CORAX: ¿Eh?, pero..., ¡como
te atreves! , ¡Maldito córvido!
ESCARPÍN: ¡Vaya!, ¿has
oído eso bien, Corax?..., aquí dicen que eres un traidor
CORAX: Pero.., ¡no
entiendo! ..., ¿vas a..., vas a creer..., en la palabra de unos..., malditos
cuervos...?
ESCARPÍN: Tú eres muy
parecido a ellos, casi sabes volar también, de hecho te crecen alas en la parte
dorsal aunque no sean efectivas...
CORAX (Gritando): ¡No hay
ningún fundamento para creer esta infamia!
CUERVO 1: En el desierto
de Urlituamina y junto a otros oficiales
planeasteis conspirar contra Escarpín y el condado
ESCARPÍN: ¡Vaya!, son
grandes acusaciones estas...
CORAX: Pero, ¡esto es
inaudito!, porque..., ¡esto es todo mentira! Dime entonces..., dime..., ¡Corax!
CUERVO 2: En una de las
conversaciones pudimos escuchar que la traición se llevaría a cabo con la
colaboración del marqués Palantrix al
tomar el castillo de Causto Lígito, el rey de Fontipanerika.
CORAX: Acaso piensas...,
acaso piensas que si fuésemos..., que si fuésemos a conspirar contra ti..., nos
dejaríamos...
ESCARPÍN (Hablando muy
bajito): ¡O sea!, ¡que el castillo está tomado por traidores!
CORAX: ¿Cómo?
ESCARPÍN: El marqués
Palantrix murió en el castillo y el amotinamiento de la sexta legión se vino
abajo, y en la legión del condado que estaba bajo tus órdenes y que junta a la
otra tomaron el castillo reina la confusión.
CORAX: ¡No sé de qué
hablas!
ESCARPÍN: ¡Es curioso!,
tú que dices ser tan religioso y de ferviente amor hacia el Dios todopoderoso,
la verdad es que no has sabido instruir bien a los cuervos en la doctrina
suprema del arrepentimiento y sacrificio.
CORAX: Eso es...eso es
porque..., porque es difícil..., es difícil que dejen de ser cuervos.
ESCARPÍN: ¡O sea!, que
según tú ellos no están facultados para creer en el Dios supremo
CORAX: Yo..., no, solo...digo,
que es difícil, es difícil..., que dejen de ser cuervos.
CUERVO 2: Un cuervo
entiende de esas cosas pero a su manera, ignorándolas
ESCARPÍN: ¡Lo ves!, pero...,
¡si no creen en nada que no sea más que la materia! ¡Quien sabe!, ja, ja,
ja...igual es mejor así. Yo he viajado mucho..., es como si hubiese vivido
mucho tiempo. ¡Yo los conozco mejor que tú!, ja, ja, ja... ¡mejor será que siga
siendo así!, ja, ja, ja...; así pues, que conserven su instinto natural, ja,
ja, ja...
CUERVO 1: ¡Cuervos somos
y estamos hambrientos!
ESCARPÍN: Supongo entonces,
querido Corax , supongo entonces que como buen creyente que dices ser, ja, ja,
ja..., como buen creyente que dices ser, ja, ja, ja..., pues..., querrás rezar
una plegaria antes de morir, para que disponga el supremo de un buen sitio para
ti en el reino de los cielos , ja, ja,
ja...
CORAX: ¡No!, ¡por
caridad!, pero...,esto es... una locura...,una pesadilla...,¡te lo pido por
ese..., Dios que tanto..., que tanto veneras, y que yo..., y que yo no supe
querer...,como tu...,¡por favor!, si eres bueno...
ESCARPÍN (Gritando): ¡Yo
no creo en la bondad de los hombres!
CUERVO 2 (Andando hacia
Corax): ¡Yo tengo mucha hambre!
ESCARPÍN: ¡Pues ya sabéis!
CORAX (Desenvainando la
espada): Pero..., ¡no puede ser!..., no..., por...,
piedad.., ¡no! ¿Vas a creer..., en la palabra de...?
ESCARPÍN: ¡La palabra de
un cuervo es suficiente! Estas cosas las aprendí yo en la vida, ja, ja, ja...,
¡yo aprendí muchas cosas en la vida!, ja, ja, ja... ¡sí!..., ja, ja, ja..., ¡muchas
cosas!
CUERVO 2 (Mordiendo la yugular de Corax): ¡Mucha
hambre yo también!
CORAX: ¡Maldi...!, ¡Oh!, me,
cuervo asquero..., me..., me des...angro!, muer..., muerto, es...toy
ESCARPÍN: ¡Muerto estás!, ja, ja, ja... ¡sí!..., ja, ja, ja...,
CUERVO 1: ¡Deliciosa
carne!
ESCARPÍN: ¡Bien!, invitad
luego a los de mayor rango, que mientras acabáis de comer os voy a hablar ahora
de estrategia militar, una estrategia que ya conocéis pero que sirvan estas
palabras para alzar la moral, al mismo tiempo que doy las órdenes oportunas.
CUERVO 2: Debería usted
de probar esta carne, está deliciosa, francamente exquisita
ESCARPÍN: Pero antes de
nada vamos con lo nuevo, y es que una de las legiones vuestras, la comandada
por Cuervo dos va a ir hacia el castillo y aplastará a las y los traidores que
por allí queden, y reunirá a los militares que no sean oficiales de las otras
dos legiones, la de Corax y Palantrix que quieran volver a donde les
corresponde y así regenerarse. Desde allí compondrán una unidad de retaguardia acompañados por tres cohortes de
cuervos, mientras tú, Cuervo Dos, esperas en el castillo con las otras siete
que conforman la legión.
CUERVO 2: ¡Será un
placer!
ESCARPÍN: Y ahora entras
tú y yo también en escena, Cuervo Uno...Nos encontramos a setenta leguas del
Lago de los Deseos y contamos con dos legiones, una de cuervos que tú guiarás y
la otra de humanos que guiaré yo. A partir de ahora el paisaje nos irá adentrando
en una línea de bosques de muy diversas especies como robles, arces, hayas y avellanos entremezclados con otras especies
como acebos o castaños que dan una sensación de unidad corpórea establecida
desde el contraste de sus diversas tonalidades que incitan al alma a un vivir
alzado ante un extraño poder de ilusión. Cuando estemos a unas veinte leguas
del Lago observaremos unas montañas de fondo erguidas como sepulturas vivientes de gigantes guerreros del
pasado...
CUERVO 1: ¡vaya!, que
cosas tan estupendas...
ESCARPÍN: ¡Bien!, sí, esto..., pero no debo yo desviarme del tema, de la estrategia militar. Cohorte, manípulos, centurias, contubernios..., todos dispuestos para fijar el orden en el uno e indivisible ser consciente de carácter bélico. Todo dispuesto para el combate entre diferentes seres de la tierra, y así es que toda dispuesta en la forma que le da vida va la legión.
CUERVO 1: ¡Como debe de
ser, el orden es fundamental!
ESCARPÍN: Y la
disciplina, mi querido amigo, y la disciplina también, para que así ese orden
establecido no tenga posibilidades de desestabilizar. Lo fundamental es la
combinación. Si hay caballería que sea esta pesada y ligera también. La ligera
viene bien para pequeñas incursiones ante tropas enemigas rezagadas y producir
en ellas un efecto de estampida. Los carros armados con jabalinas y arqueros
abrirán el paso a la infantería que se desplazará geométricamente.
CUERVO 1: Estupendo para
los humanos, pero nosotros los cuervos somos unidades de vuelo.
ESCARPÍN: E invención mía. ¡Esta va a ser vuestra primera batalla!
CUERVO 1: Y grandioso
nuestro agradecimiento...
CUERVO 2: Perdone usted
su ilustrísima, pero tengo entendido que estos esquemas de guerra entre los
humanos ya antes se hacían...
ESCARPÍN: Pero..., ¿será posible?, ¿cómo te atreves?, ¡en fin!, lo dejaré pasar por esta vez.
CUERVO 2: ¡Oh!, perdone, lo
hice sin mala fe, no entiendo bien..., como soy cuervo...
ESCARPÍN: ¡Será eso!, en
fin...
CUERVO 1: ¡Será eso sin
duda!, pero aprenderemos, discúlpele en mi nombre también
ESCARPÍN: Bueno..., pero
hay que estar muy atentos, pues yo conocí a Mougadiviche y llevaba ya de
aquellas dentro de sí una fuerza vital arrolladora. Desconocemos su reino
aunque yo no desconozco ese territorio, y puedo decir que es como la tierra que
espera a que alguien sueñe con ella, forjando así una naturaleza que conecta
con el alma y parece que espera a un encantamiento de un ser que se transforma
en condición sobrenatural por estar unido a las raíces de su propia maternidad
CUERVO 1: Estas son cosas naturales entre humanos y no así entre nosotras las aves, aunque nosotras a nuestra manera también sabemos agradecer a madre naturaleza
ESCARPÍN: Avanzará mi legión en bloques de filas de tres, la una más retrasada que la otra para que si la primera o segunda se viesen amenazadas poder entonces replegarse hasta la última y volver así a recomponer la situación. Como si fuésemos máquinas. Otras dos líneas auxiliares a ambos extremos compuestas de arqueros irán abriendo camino haciendo escaramuzas de secos avances hacia el frente con rápidos retrocesos.
CUERVO 1: ¡Magistral!
ESCARPÍN: Y así como si
fuese en un escenario teatral que rápidamente tiene que cambiar el entorno
pasar de filas verticales a horizontales...
CUERVO 1: ¡Es un
compendio armonioso!
ESCARPÍN: Así iremos
avanzando mientras que vosotros iréis entrando en escena siendo los primeros en
abrir paso desde el aire lanzándose en picado hacia la yugular
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