lunes, 7 de octubre de 2013

FANTASÍA DE CORTE Y NOBLEZA (ACTO III; ESCENA VIII)




                    ACTO III

                      ESCENA VIII

 

(Patio interior del corredor de oficiales. Están Remulín, Guardián número uno y Remulino, Guardián número dos del casrtillo)

 

 

 

REMULINO: ¿Y donde se puede saber que metisteis el cadáver?

 

REMULIN: ¡Oh, verás! Lo cortaron en trocitos y yo los enterré

 

REMULINO: ¡Vaya!

 

REMULIN: El plan de Youilovina era  meterlo dentro de la pota y así hacer, lo que ella llamaba un guiso de carne de embajadores.

 

REMULINO: Conciliabilis..., ja, ja, ja..., Conciliabilis el embajador de guerra y paz devorado por..., ¡vaya!..., menuda que es Youilovina, no lo parecía...

 

REMULIN: Es una mujer con nervios de acero.

 

REMULINO: ¡Y de ingenio macabro!

 

REMULIN: ¡Bien!, te lo cuento porque hicimos ese trato de contarnos entre tú y yo todo lo que puede ser contado

 

REMULINO: Aunque no hubiese trato todo lo que no puede ser contado no lo podríamos contar

 

REMULIN: ¡Ahora debo reunirme con Youilovina!, pero con mucho sigilo, si te fijaste cuando pasó por aquí antes dejó caer el pañuelo...

 

REMULINO: ¡Sí!, ya me hago cargo. Yo debo esperar aquí a que las y los oficiales terminen de parlamentar y estar al tanto, cuando sea me avisas.

 

 

 

(Castillo del rey de Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Están la propia Youilovina, sobrina del rey y Olmo, planchador de camisas del rey)

 

 

 

YOUILOVINA: Bien, me gustaría ver a ese general en persona, a ese guerrero que viene en son de paz. No he querido estar en la junta de oficiales por temor a una encerrona y no tardará mucho ya en acabar la asamblea. Id ahora con Usurbina hasta sus aposentos y esperad los dos la señal para volver aquí. Al salir de esta estancia tomarás tú el mando de la operación  Bien, me gustaría poder llevarme a todas y todos quienes aún quedan en este castillo de noble corazón, pero primero debemos poner a salvo a ella, la hija de Mougadiviche y al mismo tiempo de Escarpín. Tú te encargarás de traer a un pequeño número y que escapen también, gente de total confianza. En realidad ya ves que es mucha la confianza que se deposita en ti. No quiero ningún traidor o traidora. ¡En fin!, aquí tienes una pequeña lista de pajes, soldadera y sirvientas que irán en un primer turno con la hija de Escarpín.

 

OLMO: ¡Oh!, Usurbina, ya verás que todo va a salir bien.

 

YOUILOVINA: ¡No sé!...,la verdad que es una situación un poco disparatada, como un juego de niñas y niños que se ven atrapadas y atrapados por la mala conciencia de los más y las más mayores. ¡En fin, veremos a ver que ocurre!. Cuando salgas dile al centinela que vaya a buscar a ese general y que venga aquí ahora, quiero saber de su propia boca, aunque muy brevemente sea, cuales son las condiciones de la rendición, aunque bien sepamos por la maldad de Escarpín que a sangre y fuego primero arrasará con todos los campos de siembra y luego o al tiempo y vuelo del acero cortará cabezas de los cuerpos de gente que en su vida empuñó un arma. Rendirse ante él es morir con más sufrimiento, mejor es huir aunque tan alocada sea la aventura.

 

YOUILOVINA: ¡Ha llegado el momento! Dicen marineros de los mil mares y mareas que el capitán abandona el último, yo esperaré hasta que no quede ningún atisbo de lógica posibilidad. Esperaré hasta que no se pueda salvar más gente. Lo importante es que no den con el sitio desde donde se producirá la huida

 

OLMO: Es decir..., desde tu alcoba, desde el suelo de tu alcoba empieza todo..., empieza..., quiero decir..., el pasadizo secreto. Supongo que le estás muy agradecida a tu tío por haber sido en ti en quien más pensaba. Me extraña mucho que no lo supieras, porque..., ¡como antes decías que solo Remulín  conocía el secreto del pasadizo!

 

YOUILOVINA: ¡Bien!..., lo cierto es que lo conocía, pero no lo quería decir pues la llave solo la tiene Remulín

 

OLMO: ¡Qué cosas más raras!

 

YOUILOVINA: Y alocada esta situación. ¡Debes marchar!

 

 

 

(Saliendo Olmo)

 

 

 

OLMO: Por muy loca que sea la situación, peor es la desesperación del abandono y rendición.

 

YOUILOVINA (Aparte): Este es el fin o el principio de una nueva vida, según como se quiera ver o según como el azar disponga

 

 

 

 

(Tres golpes suaves y discretos en la puerta)

 

 

 

REMULIN (Hablando muy bajito): ¡Soy yo!, mi señorita

 

 

 

YOUILOVINA (Hablando muy bajito): ¡Llegas a tiempo!, entrad, la puerta está abierta.

 

 

 

(Entra Remulín)

 

 

 

REMULIN: Mi señorita..., aquí estoy para...; ¡oh!..., pero...verás..., es que..., ¡es que estás tan hermosa!

 

YOUILOVINA: ¡Vaya!..., gracias por tal gentileza..., pero..., esto..., ¡en fin!..., ¡vayamos al asunto!

 

REMULIN: ¡Eso, al asunto!

 

YOUILOVINA: Pero..., veamos pues..., ¿entiendo yo bien entonces lo que quieres decir?

 

REMULIN: ¡Sí!..., esto..., no...Esto..., lo que yo quiero decir.., ¡perdóneme usted!

 

YOUILOVINA: ¿Y se puede saber porqué me tratas de usted para pedirme perdón?

 

REMULIN: ¡Ah!, ¡sí, claro!..., pues ni yo mismo lo sabría decir...Lo cierto es que el asunto..., el real asunto por el que estamos aquí..., es más importante, es más importante que el deseo...

 

YOUILOVINA: ¡Que el deseo carnal!

 

REMULIN: Bueno..., pues usted misma lo...acaba de decir.

 

YOUILOVINA: Es la primera vez que veo en ti estas inclinaciones.

 

REMULIN: Bueno..., verás, el azar y las situaciones que cambian porque cambia el azar...

 

YOUILOVINA: ¡Pareces divertido!..., y es que..., empiezo a conocerte y...

 

REMULIN: ¡Y yo a ti, pareces una diosa!

 

YOUILOVINA: ¡En fin!..., esto..., la verdad es que tenemos prisa, que si no...No sé yo porqué pero si no..., igual yo también desearía conocerte mejor..., pero..., que como digo manda el deber ahora...

 

 REMULIN: ¡Tu a mandar y yo a obedecer entonces sea!

 

YOUILOVINA: ¡Bien!, ahora quiero que te escondas dentro de ese colgador de ropa y tengas la espada bien a mano. Cuando me oigas, si es que lo oyes decir ¡Acaríciame primero! córtale la cabeza y entonces yo seré tuya y tú serás mío, luego irás aprisa pero con mucho sigilo al corredor de los aposentos de Usurbina que estará con Olmo y al primer centinela le dirás que les avise para que hasta aquí vengan y que avise a los otros centinelas para que avise a las y los demás de la lista que van a venir. Tú te vendrás  también y avisarás a Remulino, tu inseparable compañero que vigila si acaba o no la junta de oficiales.

 

REMULIN: Pero..., ¿a quien?..., quiero decir... ¿A quien tendré con exquisito gusto que cortarle la cabeza?

 

YOUILOVINA: ¡Ah, bueno!, pues verás..., a un asqueroso general, el general Corax de las milicias de Escarpín. ¡El tiempo se echa encima!, ya falta menos para que finalice la junta de oficiales. ¡Escóndete!

 

REMULIN: ¡Oh!,..., ¡será todo un placer!, ja, ja, ja... ¡todo un placer!

 

YOUILOVINA: ¡No hagas tanto ruido y escóndete, cualquier centinela fuera de su ronda podría escucharte!

 

REMULIN: ¡Sí..., mi querida Youilovina, yo te demostraré lo mucho que te quiero y siempre te quise!

 

YOUILOVINA (Hablando muy bajito): ¡Rápido!, ¡Oigo pasos!

 

 

 

 

(Castillo del rey de Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Usurbina. Están Usurbina, hija del conde Escarpín y de Mougadiviche y Olmo, planchador de camisas del rey)

 

 

 

 

USURBINA (Llorando): ¡Oh, pobrecito!, y es que cuanto debiste de sufrir tu solo, encerrado en una jaula, como esos pájaros de mi padre. ¡Lo odio!

 

OLMO (cogiendo en el regazo a Usurbina): ¡Oh, pobre mujer!, ¡cuánto sufriste en la vida y que dichoso soy yo de tener el privilegio de poder consolarte! Tu vida se parece a la mía pero la tuya más ajetreada, y ahora que te conozco se ajetrea la mía.

 

USURBINA (Irguiéndose): Dices cosas maravillosas y tu voz es tan gentil que parecen salir de tu boca peces pequeñitos de todos los colores

 

OLMO: El amor al ser natural hace decir bellas cosas y lo adorna el acto al hacer sus guirnaldas

 

USURBINA: Tus manos, ¡que alargadas y suaves tienes las manos!

 

OLMO: ¿Comprendes esta inmensidad?, al irnos conociendo vamos sintiendo...

 

USURBINA: ¡Es el deseo de algo nuevo!

 

OLMO: Yo..., pensaba...,en realidad pensaba que este momento...,en realidad pensaba que estas cosas ya no existían, las caricias, el beso, el mutuo placer..., porque se interponía un velo del cual yo desconocía su procedencia...; porque independientemente del gran muro que separa este castillo del exterior hay un velo a veces en nuestros pensamientos que impiden la plena facultad y el valor suficiente en nuestros actos, cuando los hechos son tan emotivos que las palabras se las lleva un viento cálido y placentero para fijarse en el paisaje.

 

USURBINA: ¡Oh!, ¡tanto amor encerrado!, pero ahora verás..., ¡oh!..., ¡dame tu mano!, yo..., verás..., ¡quiero tenerla cerca de la tuya!

 

OLMO: Tú tienes mi mano y yo tengo la tuya....

 

USURBINA: Desde que salí del castillo..., mi vida desde que salí de allí ha cambiado mucho

 

OLMO: Y la mía desde que soy libre.

 

USURBINA: ¡Los labios!..., ¿de quien son tus labios?

 

OLMO: Mis labios son..., mis labio son  míos...

 

USURBINA: ¡Por eso los quiero!

 

OLMO: Nunca pensé que fuese tan hermoso...

 

USURBINA: Es cuestión de querer

 

OLMO: Como el río al mar

 

USURBINA: Dejarse llevar

 

OLMO: ¡Se juntan nuestros labios!

 

USURBINA: ¡Deja al amor hablar!

 

OLMO: Eres tú la que lo dices...

 

USURBINA: ¡Oh!, debes prometerme..., ¡oh, por favor!, esta vez no te irás, debes prometérmelo

 

OLMO: ¡Debes ser fuerte!

 

 

 

(Castillo del rey de Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Están la propia Youilovina, sobrina del rey, y Remulín Guardián mayor del Castillo del rey)

 

 

(Dos golpes fuertes y secos en la puerta.)

 

 

 

PAJE REAL: Su distinguida dama Youilovina, el general Corax, jefe militar y asesor de Escarpín está aquí.

 

YOUILOVINA: ¡Que entre!..., la puerta..., ¡la puerta está abierta!

 

 

 

(Entra Palantrix, antiguo señorito del marquesado de Kafontepaneri, ahora Marqués de Kafontepaneri)

 

 

 

PALANTRIX: ¡Oh, distinguida dama y sobrina de todo un rey, venido a menos pero todo un rey! Pero..., ¡si esta usted divinamente preciosa! Ante todo decir que en realidad no soy Corax, el jefe de las milicias de Escarpín, con el que llegué a un acuerdo monetario para suplantarle en este evento, sino que soy  el marqués de Kafontepaneri, Palantrix, quien recientemente se hizo con este cargo matando en asuntos de diplomacia política a su propio padre..., ¡Ah!, el viejo y queridísimo  Palantrio, ¡Que Dios lo tenga en su gloria! .Vuestro reino se viene abajo por no creer en Dios, principalmente..., pero...;  ¡oh!, verá usted, mi distinguida dama..., yo por mis costumbres no estoy acostumbrado, y valga la redundancia a estos tan modernos recibimientos, sino que estoy en eso de los salones oficiales y otras que vosotras llamáis cursilerías.  Pero verá usted, y es que yo, siendo hombre y usted una dama, entiendo yo que es el hecho que debo a usted yo ahora cortejarla y tratar de seducirla pues condiciona la circunstancia de que usted me recibiese en su alcoba. Soy un hombre, debo reconocerlo de un gusto digamos bastante clásico y refinado, pero conocedor de estas extrañas costumbres que por aquí acostumbran, y valga otra vez la redundancia con la misma condición verbal que la anterior, y por lo tanto y por se siempre así las sanas costumbres, y he aquí otra vez...; porque  es el que viene de fuera el que se debe acostumbrar a lo de dentro;  es este hecho de un gusto exquisito al que daré placer con usted dentro de un momento, pero antes quiero ver a la hija de Escarpín, ¡que venga aquí enseguida! Mis auxiliares están aquí cerca, con solo tocar esta caracola vendrán y disfrutarán también de usted. Este castillo técnicamente está vencido, solo hace falta limpieza. Si no queréis que te despellejen viva cumple lo que te digo. Ja, ja, ja..., por las extrañas costumbres, ja, ja, ja...costumbres que nunca entendí pero que son deliciosas.

 

 

YOUILOVINA (Quitándose la blusa y enseñando los senos): ¡Acaríciame primero!

 

 

REMULIN (Saliendo del armario y a espada semi alzada): ¡Muere asqueroso ser viviente inmundo!

 

PALANTRIX: ¡Será todo un pla...!

 

 

 

(Rueda la cabeza de Palantrix)

 

 

 

YOUILOVINA: ¡Eficaz, pasional  y certero!, corre con sigilo y ten cuidado con sus guardias, dale el recado al centinela, combatid si es necesario pero venid todas y todos hasta aquí

 

 

(Sale Remulín)

 

 

(Corredores del Castillo de los aposentos reales)

 

 

GUARDIA DEL CONDADO DE ESCARPÍN 1: ¡Alto ahí!, ¡deteneos!

 

REMULIN (serpenteando): ¡Ni lo sueñes!

 

GUARDIA DEL CONDADO DE ESCARPÍN 2: ¡Alto!

 

REMULIN (saltando y dando volteretas): Ja, ja, ja... ¡A mi no me cojeéis!

 

GUARDIA DEL CONDADO DE ESCARPÍN 3: ¡Parece una anguila!

 

GUARDIA DEL CONDADO DE ESCARPÍN 4: ¡Un gato montés!

 

REMULIN: ¡Centinela!, Avisa a los demás centinelas, ¡empieza la operación salida!, ¡ve a avisar a Olmo y Usurbina!

 

CENTINELA REAL: ¡Raudo y veloz!

 

ROMULINO: ¿Nos vamos ya?

 

REMULIN (Aparte): ¡Qué excitante es todo esto!

 

OFICIALES DEL REY: (Saliendo de la junta): ¿Qué ocurre aquí?, ¡Alto!

 

 

 

 

(Castillo del rey de Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Está Youilovina, sobrina del rey, y un paje real del Castillo del rey)

 

 

 

YOUILOVINA: Pero.., ¿porqué tardan tanto?, la trampilla está abierta, tenemos que irnos

 

PAJE REAL (Asomado a la puerta): ¡Ahí llegan!, hay lucha entre los guardias del conde y las y los nuestros, la lucha es desigual, ¡vencemos por mayoría!, pero...se acercan los oficiales

 

USURBINA (Entrando: Hola, ya estamos todas y todos aquí)

 

 

YOUILOVINA: ¡Rápido, entrad y cerrad la puerta con la llave y ponedle esos trastos viejos para bloquearla!, ¡nos vamos!
 
 
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