ACTO III
ESCENA VIII
(Patio interior del
corredor de oficiales. Están Remulín, Guardián número uno y Remulino, Guardián
número dos del casrtillo)
REMULINO: ¿Y donde se
puede saber que metisteis el cadáver?
REMULIN: ¡Oh, verás! Lo
cortaron en trocitos y yo los enterré
REMULINO: ¡Vaya!
REMULIN: El plan de
Youilovina era meterlo dentro de la pota
y así hacer, lo que ella llamaba un guiso de carne de embajadores.
REMULINO:
Conciliabilis..., ja, ja, ja..., Conciliabilis el embajador de guerra y paz devorado
por..., ¡vaya!..., menuda que es Youilovina, no lo parecía...
REMULIN: Es una mujer con
nervios de acero.
REMULINO: ¡Y de ingenio
macabro!
REMULIN: ¡Bien!, te lo
cuento porque hicimos ese trato de contarnos entre tú y yo todo lo que puede
ser contado
REMULINO: Aunque no
hubiese trato todo lo que no puede ser contado no lo podríamos contar
REMULIN: ¡Ahora debo
reunirme con Youilovina!, pero con mucho sigilo, si te fijaste cuando pasó por
aquí antes dejó caer el pañuelo...
REMULINO: ¡Sí!, ya me
hago cargo. Yo debo esperar aquí a que las y los oficiales terminen de
parlamentar y estar al tanto, cuando sea me avisas.
(Castillo del rey de
Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Están la propia
Youilovina, sobrina del rey y Olmo, planchador de camisas del rey)
YOUILOVINA: Bien, me
gustaría ver a ese general en persona, a ese guerrero que viene en son de paz. No
he querido estar en la junta de oficiales por temor a una encerrona y no tardará
mucho ya en acabar la asamblea. Id ahora con Usurbina hasta sus aposentos y
esperad los dos la señal para volver aquí. Al salir de esta estancia tomarás tú
el mando de la operación Bien, me
gustaría poder llevarme a todas y todos quienes aún quedan en este castillo de
noble corazón, pero primero debemos poner a salvo a ella, la hija de
Mougadiviche y al mismo tiempo de Escarpín. Tú te encargarás de traer a un
pequeño número y que escapen también, gente de total confianza. En realidad ya
ves que es mucha la confianza que se deposita en ti. No quiero ningún traidor o
traidora. ¡En fin!, aquí tienes una pequeña lista de pajes, soldadera y sirvientas
que irán en un primer turno con la hija de Escarpín.
OLMO: ¡Oh!, Usurbina, ya
verás que todo va a salir bien.
YOUILOVINA: ¡No sé!...,la
verdad que es una situación un poco disparatada, como un juego de niñas y niños
que se ven atrapadas y atrapados por la mala conciencia de los más y las más
mayores. ¡En fin, veremos a ver que ocurre!. Cuando salgas dile al centinela
que vaya a buscar a ese general y que venga aquí ahora, quiero saber de su
propia boca, aunque muy brevemente sea, cuales son las condiciones de la
rendición, aunque bien sepamos por la maldad de Escarpín que a sangre y fuego primero
arrasará con todos los campos de siembra y luego o al tiempo y vuelo del acero
cortará cabezas de los cuerpos de gente que en su vida empuñó un arma. Rendirse
ante él es morir con más sufrimiento, mejor es huir aunque tan alocada sea la
aventura.
YOUILOVINA: ¡Ha llegado
el momento! Dicen marineros de los mil mares y mareas que el capitán abandona
el último, yo esperaré hasta que no quede ningún atisbo de lógica posibilidad. Esperaré
hasta que no se pueda salvar más gente. Lo importante es que no den con el
sitio desde donde se producirá la huida
OLMO: Es decir..., desde
tu alcoba, desde el suelo de tu alcoba empieza todo..., empieza..., quiero
decir..., el pasadizo secreto. Supongo que le estás muy agradecida a tu tío por
haber sido en ti en quien más pensaba. Me extraña mucho que no lo supieras, porque...,
¡como antes decías que solo Remulín conocía el secreto del pasadizo!
YOUILOVINA: ¡Bien!..., lo
cierto es que lo conocía, pero no lo quería decir pues la llave solo la tiene
Remulín
OLMO: ¡Qué cosas más
raras!
YOUILOVINA: Y alocada
esta situación. ¡Debes marchar!
(Saliendo Olmo)
OLMO: Por muy loca que
sea la situación, peor es la desesperación del abandono y rendición.
YOUILOVINA (Aparte): Este
es el fin o el principio de una nueva vida, según como se quiera ver o según
como el azar disponga
(Tres golpes suaves y
discretos en la puerta)
REMULIN (Hablando muy
bajito): ¡Soy yo!, mi señorita
YOUILOVINA (Hablando muy
bajito): ¡Llegas a tiempo!, entrad, la puerta está abierta.
(Entra Remulín)
REMULIN: Mi señorita...,
aquí estoy para...; ¡oh!..., pero...verás..., es que..., ¡es que estás tan
hermosa!
YOUILOVINA: ¡Vaya!...,
gracias por tal gentileza..., pero..., esto..., ¡en fin!..., ¡vayamos al asunto!
REMULIN: ¡Eso, al asunto!
YOUILOVINA: Pero..., veamos
pues..., ¿entiendo yo bien entonces lo que quieres decir?
REMULIN: ¡Sí!..., esto...,
no...Esto..., lo que yo quiero decir.., ¡perdóneme usted!
YOUILOVINA: ¿Y se puede
saber porqué me tratas de usted para pedirme perdón?
REMULIN: ¡Ah!, ¡sí,
claro!..., pues ni yo mismo lo sabría decir...Lo cierto es que el asunto..., el
real asunto por el que estamos aquí..., es más importante, es más importante
que el deseo...
YOUILOVINA: ¡Que el deseo
carnal!
REMULIN: Bueno..., pues
usted misma lo...acaba de decir.
YOUILOVINA: Es la primera
vez que veo en ti estas inclinaciones.
REMULIN: Bueno..., verás,
el azar y las situaciones que cambian porque cambia el azar...
YOUILOVINA: ¡Pareces
divertido!..., y es que..., empiezo a conocerte y...
REMULIN: ¡Y yo a ti,
pareces una diosa!
YOUILOVINA: ¡En fin!...,
esto..., la verdad es que tenemos prisa, que si no...No sé yo porqué pero si
no..., igual yo también desearía conocerte mejor..., pero..., que como digo
manda el deber ahora...
REMULIN: ¡Tu a mandar y yo a obedecer entonces
sea!
YOUILOVINA: ¡Bien!, ahora
quiero que te escondas dentro de ese colgador de ropa y tengas la espada bien a
mano. Cuando me oigas, si es que lo oyes decir ¡Acaríciame primero! córtale la
cabeza y entonces yo seré tuya y tú serás mío, luego irás aprisa pero con mucho
sigilo al corredor de los aposentos de Usurbina que estará con Olmo y al primer
centinela le dirás que les avise para que hasta aquí vengan y que avise a los
otros centinelas para que avise a las y los demás de la lista que van a venir. Tú
te vendrás también y avisarás a
Remulino, tu inseparable compañero que vigila si acaba o no la junta de
oficiales.
REMULIN: Pero..., ¿a
quien?..., quiero decir... ¿A quien tendré con exquisito gusto que cortarle la
cabeza?
YOUILOVINA: ¡Ah, bueno!,
pues verás..., a un asqueroso general, el general Corax de las milicias de
Escarpín. ¡El tiempo se echa encima!, ya falta menos para que finalice la junta
de oficiales. ¡Escóndete!
REMULIN: ¡Oh!,..., ¡será
todo un placer!, ja, ja, ja... ¡todo un placer!
YOUILOVINA: ¡No hagas
tanto ruido y escóndete, cualquier centinela fuera de su ronda podría escucharte!
REMULIN: ¡Sí..., mi
querida Youilovina, yo te demostraré lo mucho que te quiero y siempre te quise!
YOUILOVINA (Hablando muy
bajito): ¡Rápido!, ¡Oigo pasos!
(Castillo del rey de
Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Usurbina. Están Usurbina, hija del
conde Escarpín y de Mougadiviche y Olmo, planchador de camisas del rey)
USURBINA (Llorando): ¡Oh,
pobrecito!, y es que cuanto debiste de sufrir tu solo, encerrado en una jaula, como
esos pájaros de mi padre. ¡Lo odio!
OLMO (cogiendo en el
regazo a Usurbina): ¡Oh, pobre mujer!, ¡cuánto sufriste en la vida y que
dichoso soy yo de tener el privilegio de poder consolarte! Tu vida se parece a
la mía pero la tuya más ajetreada, y ahora que te conozco se ajetrea la mía.
USURBINA (Irguiéndose): Dices
cosas maravillosas y tu voz es tan gentil que parecen salir de tu boca peces
pequeñitos de todos los colores
OLMO: El amor al ser
natural hace decir bellas cosas y lo adorna el acto al hacer sus guirnaldas
USURBINA: Tus manos, ¡que
alargadas y suaves tienes las manos!
OLMO: ¿Comprendes esta
inmensidad?, al irnos conociendo vamos sintiendo...
USURBINA: ¡Es el deseo de
algo nuevo!
OLMO: Yo..., pensaba...,en
realidad pensaba que este momento...,en realidad pensaba que estas cosas ya no
existían, las caricias, el beso, el mutuo placer..., porque se interponía un
velo del cual yo desconocía su procedencia...; porque independientemente del
gran muro que separa este castillo del exterior hay un velo a veces en nuestros
pensamientos que impiden la plena facultad y el valor suficiente en nuestros
actos, cuando los hechos son tan emotivos que las palabras se las lleva un
viento cálido y placentero para fijarse en el paisaje.
USURBINA: ¡Oh!, ¡tanto
amor encerrado!, pero ahora verás..., ¡oh!..., ¡dame tu mano!, yo..., verás...,
¡quiero tenerla cerca de la tuya!
OLMO: Tú tienes mi mano y
yo tengo la tuya....
USURBINA: Desde que salí
del castillo..., mi vida desde que salí de allí ha cambiado mucho
OLMO: Y la mía desde que
soy libre.
USURBINA: ¡Los labios!...,
¿de quien son tus labios?
OLMO: Mis labios son...,
mis labio son míos...
USURBINA: ¡Por eso los
quiero!
OLMO: Nunca pensé que
fuese tan hermoso...
USURBINA: Es cuestión de
querer
OLMO: Como el río al mar
USURBINA: Dejarse llevar
OLMO: ¡Se juntan nuestros
labios!
USURBINA: ¡Deja al amor
hablar!
OLMO: Eres tú la que lo
dices...
USURBINA: ¡Oh!, debes
prometerme..., ¡oh, por favor!, esta vez no te irás, debes prometérmelo
OLMO: ¡Debes ser fuerte!
(Castillo del rey de
Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Están la propia
Youilovina, sobrina del rey, y Remulín Guardián mayor del Castillo del rey)
(Dos golpes fuertes y
secos en la puerta.)
PAJE REAL: Su distinguida
dama Youilovina, el general Corax, jefe militar y asesor de Escarpín está aquí.
YOUILOVINA: ¡Que
entre!..., la puerta..., ¡la puerta está abierta!
(Entra Palantrix, antiguo
señorito del marquesado de Kafontepaneri, ahora Marqués de Kafontepaneri)
PALANTRIX: ¡Oh,
distinguida dama y sobrina de todo un rey, venido a menos pero todo un rey!
Pero..., ¡si esta usted divinamente preciosa! Ante todo decir que en realidad no
soy Corax, el jefe de las milicias de Escarpín, con el que llegué a un acuerdo
monetario para suplantarle en este evento, sino que soy el marqués de Kafontepaneri, Palantrix, quien
recientemente se hizo con este cargo matando en asuntos de diplomacia política
a su propio padre..., ¡Ah!, el viejo y queridísimo Palantrio, ¡Que Dios lo tenga en su gloria! .Vuestro
reino se viene abajo por no creer en Dios, principalmente..., pero...; ¡oh!, verá usted, mi distinguida dama..., yo
por mis costumbres no estoy acostumbrado, y valga la redundancia a estos tan
modernos recibimientos, sino que estoy en eso de los salones oficiales y otras
que vosotras llamáis cursilerías. Pero
verá usted, y es que yo, siendo hombre y usted una dama, entiendo yo que es el
hecho que debo a usted yo ahora cortejarla y tratar de seducirla pues
condiciona la circunstancia de que usted me recibiese en su alcoba. Soy un
hombre, debo reconocerlo de un gusto digamos bastante clásico y refinado, pero
conocedor de estas extrañas costumbres que por aquí acostumbran, y valga otra
vez la redundancia con la misma condición verbal que la anterior, y por lo
tanto y por se siempre así las sanas costumbres, y he aquí otra vez...; porque es el que viene de fuera el que se debe
acostumbrar a lo de dentro; es este
hecho de un gusto exquisito al que daré placer con usted dentro de un momento,
pero antes quiero ver a la hija de Escarpín, ¡que venga aquí enseguida! Mis
auxiliares están aquí cerca, con solo tocar esta caracola vendrán y disfrutarán
también de usted. Este castillo técnicamente está vencido, solo hace falta
limpieza. Si no queréis que te despellejen viva cumple lo que te digo. Ja, ja, ja...,
por las extrañas costumbres, ja, ja, ja...costumbres que nunca entendí pero que
son deliciosas.
YOUILOVINA (Quitándose la
blusa y enseñando los senos): ¡Acaríciame primero!
REMULIN (Saliendo del
armario y a espada semi alzada): ¡Muere asqueroso ser viviente inmundo!
PALANTRIX: ¡Será todo un
pla...!
(Rueda la cabeza de
Palantrix)
YOUILOVINA: ¡Eficaz,
pasional y certero!, corre con sigilo y
ten cuidado con sus guardias, dale el recado al centinela, combatid si es
necesario pero venid todas y todos hasta aquí
(Sale Remulín)
(Corredores del Castillo
de los aposentos reales)
GUARDIA DEL CONDADO DE
ESCARPÍN 1: ¡Alto ahí!, ¡deteneos!
REMULIN (serpenteando): ¡Ni
lo sueñes!
GUARDIA DEL CONDADO DE
ESCARPÍN 2: ¡Alto!
REMULIN (saltando y dando
volteretas): Ja, ja, ja... ¡A mi no me cojeéis!
GUARDIA DEL CONDADO DE
ESCARPÍN 3: ¡Parece una anguila!
GUARDIA DEL CONDADO DE
ESCARPÍN 4: ¡Un gato montés!
REMULIN: ¡Centinela!, Avisa
a los demás centinelas, ¡empieza la operación salida!, ¡ve a avisar a Olmo y
Usurbina!
CENTINELA REAL: ¡Raudo y
veloz!
ROMULINO: ¿Nos vamos ya?
REMULIN (Aparte): ¡Qué
excitante es todo esto!
OFICIALES DEL REY: (Saliendo
de la junta): ¿Qué ocurre aquí?, ¡Alto!
(Castillo del rey de
Fontipanerika, Causto Lígito. Aposentos de Youilovina. Está Youilovina, sobrina
del rey, y un paje real del Castillo del rey)
YOUILOVINA: Pero..,
¿porqué tardan tanto?, la trampilla está abierta, tenemos que irnos
PAJE REAL (Asomado a la
puerta): ¡Ahí llegan!, hay lucha entre los guardias del conde y las y los
nuestros, la lucha es desigual, ¡vencemos por mayoría!, pero...se acercan los
oficiales
USURBINA (Entrando: Hola,
ya estamos todas y todos aquí)
YOUILOVINA: ¡Rápido,
entrad y cerrad la puerta con la llave y ponedle esos trastos viejos para
bloquearla!, ¡nos vamos!
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