-Verás, Estrellita, a
veces soy plenamente consciente y me doy cuenta de que esta parte de mi vida es
como un sueño, porque sino no entiendo de que otra manera pudiera estar yo viva
si a ella la desprecié, pues la vida me enseñó que la gente se escapa de mi
cuando a la propia vida reto con
desenfreno.
-Salomé, Salomé...,que ya
nos conocemos....Muchas y muchos desearían que siguieses existiendo, pero tu te
empeñas en no cuidarte porque dice algo en tu interior que te esperan allí tus
mejores amistades... Salomé,Salomé...,déjalas estar, pues si allí están seguirán
estando..., los muertos saben esperar...
- Pero ...verás...amiga mía,
nunca entendí mi forma de ser, porque en realidad si lo pienso bien vivo en un
sueño del que no sé salir y no sé porqué en él sigo navegando
- Pues porque no sabes
parar de remar, Salomé..., y desprecias la ley del silencio. Coge bien el remo
cuando haya de verdad que remar...,como si fuese un remo y no un palo de madera y libérate ahora de él, de la sensación de remar
-No es tan fácil...
- Más difícil es creer hasta
donde has llegado. ¡Salomé!, por eso debes empezar por el remo...
- No entiendo
-Yo tampoco, pero algo me
dice que es así..., pues sin lugar a dudas algo hay que hacer, y he pensado en esa solución....
- Habrá que probar,
Estrellita, mi amiga
- Habrá que probar, mi
amiga Salomé.
-Da gusto tener una amiga
como tu, ¡Estrellita!. Dan ganas de saltar como una pulga
-Pues salta, Salomé, no
lo dudes y salta, que es muy divertido saltar. Se ve a poca gente mayor haciéndolo.
Sí es cierto que se les ve a muchas y muchos correr, pero pocas y pocos saltando